CRITICÓN, 110, 2010, pp. 95-132.
Apología en defensa de Virgilio,un comentario inédito de Manuel Ponce
Antonio Azaustre Galianay Helena de Car los VillamarínUniversidad de Santiago de Compostela∗
P e r f i l b i o g r á f i c o y l i t e r a r i o d e M a n u e l P o n c e
Manuel Ponce es una de esas figuras poco conocidas en la erudición literaria del sigloxvii. En consecuencia, los pocos datos que sobre él y su obra conservamos deben sertomados con bastantes dudas y reservas.
Parece que nació en Madrid hacia 15911, y vivía aún en 1623. Se apoya esta últimareferencia en uno de los muchos textos de censura que suscitó el Elogio descriptivo a lasfiestas que la Majestad del Rey Felipe IV hizo por su persona en Madrid a 21 de agostode 1623, escrito por Juan Ruiz de Alarcón con la colaboración de otros autores. Lacensura en cuestión es el Comento contra 73 estancias que don Juan Ruiz de Alarcón haescrito…, atribuido a Quevedo; allí figura el nombre de Manuel Ponce como autor decuatro de esas estancias2.
Su obra conocida hasta hoy está formada por los siguientes títulos:
∗ Este trabajo se integra en las actividades del proyecto de investigación Elementos de Poética engramáticas y comentarios filológicos de los siglos XV a XVII: estudio y edición (HUM2007-FILO61441).
1 Entrambasaguas, 1967, II, p. 92, señala que el 8 de noviembre de 1622 tenía 31 años. Esta informaciónprocede de la documentación que consultó a propósito de las entrevistas que se hicieron a diversos conocidosde Pedro Torres Rámila —destinatario del texto del que damos noticia— a fin de decidir sobre la solicitud deTorres Rámila de una de las becas vacantes en el Colegio de San Ildefonso, en Alcalá. Más datos sobre su viday obras pueden consultarse en Entrambasaguas, 1967, I, p. 335, Rozas y Quilis, 1961, y Alonso, 1982.
2 Señaló el dato Dámaso Alonso, 1982, p. 504.
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– La Sylva a las Soledades de don Luis de Góngora. Con anotaciones y declaraciónpor Manuel Ponce, y un discurso en defensa de la novedad y términos de su estilo.Noviembre de 1613, texto descubierto y estudiado por Dámaso Alonso3.
– Una epístola al conde de Villamediana en defensa del léxico culterano, que hanestudiado y editado Juan Manuel Rozas y Antonio Quilis4, y que fechan en torno a1617.
– Oración fúnebre a la muerte de don Rodrigo Calderón, que fue degollado en laPlaza Mayor de Madrid, Jueves 21 de Octubre de 1621.
– Relación de las fiestas que se han hecho en esta Corte a la canonización de cincosantos: copiada de una carta que escribió Manuel Ponce en 28 de Junio, 1622…
– El soneto «Una Aurora esplendor de siete Auroras», editado por Lope de Vega ensu Relación de las fiestas que la insigne villa de Madrid hizo en la canonización de subienaventurado hijo y patrón, San Isidro… Madrid, 1622.
A estas obras cabe añadir los varios títulos que Quevedo atribuye a Ponce en suPerinola. En esta obra, Quevedo fustigó a Juan Pérez de Montalbán tras la publicaciónen 1632 del Para todos, miscelánea que reunía novelas, poemas, comedias, autos,relaciones diversas… Al revisar la parte final del libro de Montalbán, Quevedo se ocupade su Índice o catálogo de los ingenios de Madrid, y le señala sus inexactitudes yolvidos. Es allí donde menciona lo siguiente a propósito de Manuel Ponce:
A Manuel Ponce le quita un discurso que intitula Crisol de la lengua castellana, un libro DelGenio, y otro comentando algunos lugares difíciles de Virgilio (Perinola, p. 506) 5
La Sylva a las Soledades y la epístola al conde de Villamediana sitúan a ManuelPonce como defensor de Góngora y el estilo culto, dentro de la polémica queprotagonizó el panorama literario de las primeras décadas del xvii. Almansa yMendoza, el Abad de Rute y Andrés de Angulo y Pulgar lo habían citado ya entre losdefensores del poeta cordobés6.
3 Véase Alonso, 1982. Aurora Egido, 1989, p. 37, ha subrayado la importancia de la temprana fecha deesta defensa gongorina en el panorama de la silva en el Barroco. Véanse también las precisiones cronológicasde Iglesias Feijoo, 1983, p. 185 y Jammes, 1994, pp. 616-618.
4 Véase Rozas y Quilis, 1961, pp. 412-13, para los problemas de autoría de esta epístola, que en suencabezamiento lleva escrito «A Manuel Ponçe S. P. D.». Rozas y Quilis ven a Villamediana tras diversasalusiones al destinatario de la carta (alusiones al Faetón, tratamiento de señoría…), y advierten que la letra Aque encabeza el epígrafe fue añadida posteriormente por una mano diferente a la que copió el manuscrito.Gutiérrez Arranz, 2001, pp. 9-10, también señala esta obra de Ponce en su estudio de la mitología enVillamediana.
5 Álvarez de Baena, 1791, IV, p. 2, señala como obras de Ponce el Cristal de la lengua castellana(seguramente la misma que Quevedo menciona como Crisol) y los Comentos a algunos lugares de Virgilio.Véase también Fernández-Guerra, 1951, p. 478, en nota.
6 El Abad de Rute lo mencionó en su Examen del Antídoto (p. 419), de 1617; Angulo y Pulgar en susEpístolas satisfactorias, f. 54, editadas en 1635; Almansa lo hizo en sus Advertencias (en Orozco, 1969, pp.198-199), fechadas en torno a 1614-1615, donde critica a quienes censuran la poesía de Góngora sin tenerconocimientos para ello y señala los escasos ingenios que a su juicio podrían acometer esta tarea; entre ellos,Manuel Ponce. Dámaso Alonso, 1982, p. 505, ya había señalado estas referencias. Sobre su participación enestas polémicas, véase también Roses Lozano, 1994, pp. 20-22.
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Por lo que respecta a la Sylva a las Soledades, los argumentos que maneja Ponce nodifieren de los observados en otros participantes en la polémica. Así, se abre con unprólogo en el que defiende la oscuridad de las Soledades de las censuras que se vertíanpor la extrema dificultad de sus tropos, el exceso en la complejidad del hipérbaton ydemás figuras per ordinem, la frecuencia de voces peregrinas y la falta de decoro entreestilo y género. El comentario del poema aclara las que Ponce supone dificultades en lainterpretación de versos, con especial atención a las alusiones mitológicas e históricas. Alcomentario le sigue un discurso que abunda en las clásicas defensas de la oscuridadgongorina, fundamentadas en el acopio de autores que escribieron con semejante estilo,así como en la grandeza y deleite que supone el esfuerzo de intelección exigido por susversos7.
La epístola a Villamediana se centra sobre todo en el neologismo o, como sedenominaba en su época, las voces peregrinas. Frente a las censuras que achacaban aeste uso el atentar contra la proprietas, Ponce argumenta en su defensa apoyándose enautores latinos y romances que usaron dichos vocablos (incluso el «claro» Lope deVega), y señalando que es un fenómeno común a todas las lenguas. Además, niega quese trate de una vana ostentación erudita, y defiende la necesidad artística de dichas voces«para significar mejor o con más decencia sus conceptos»8.
La figura de Manuel Ponce también aparece en las polémicas literarias queenfrentaron a Lope de Vega con los preceptistas aristotélicos9. Los hitos de estadiscusión se hallan en dos textos. El primero lleva el gráfico título de Spongia: censurabalas diferentes obras de Lope y fue publicado por Pedro de Torres Rámila en 1617; elsegundo, la Expostulatio Spongiae, es la respuesta que varios amigos del Fénix editaronpocos meses después. La participación de Manuel Ponce en la Spongia aparece vinculadaa la de Pedro Torres Rámila, con quien le unía una buena relación y comunes puntos devista literarios. Así, Ponce declaró varias veces en las informaciones que el colegiocomplutense de San Ildefonso inició ante la solicitud de una beca por Torres Rámila, ydio siempre una positiva opinión de éste10. Asimismo, elaboró una crítica al discurso delos cálculos de González de Salas, a quien también había censurado Torres Rámila11.
U n c o m e n t a r i o i n é d i t o d e V i r g i l i o
Este es, a grandes rasgos, el perfil biográfico y literario de Manuel Ponce, de quiendamos a conocer ahora uno de sus textos perdidos: la Apología en defensa de Virgiliosobre un lugar de la cuarta Geórgica, por Manuel Ponce, dirigida al Maestro Pedro deTorres Rámilla, colegial en el insigne theólogo de Alcalá. El texto lleva fecha de 1622, yse encuadra en ese grupo de comentarios a lugares difíciles de Virgilio de los queQuevedo había hablado en la Perinola.
7 Más detalles en Alonso, 1982, y Roses Lozano, 1994, pp. 20-22.8 Véase Rozas y Quilis, 1961.9 Para más detalles sobre esta polémica, véanse el panorama histórico y los documentos que ofrece
Entrambasaguas, 1967, y los estudios y ediciones de Tubau, 2007 y 2008.10 Sobre este proceso, véanse Entrambasaguas, 1967, II, pp. 50 y ss., y Tubau, 2008, 23-38, 203-48.11 Véanse Entrambasaguas, 1967, I, pp. 337-38) y Tubau, 2008, pp. 28-29. En ese texto, González de
Salas intentaba demostrar que la tierra surgida tras el diluvio universal era diferente a la que se había separadoel tercer día de la creación.
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La autoría de la obra confirma la noticia que en su día dio Quevedo, y se vereforzada por la amistad que debió de existir entre Ponce y Torres Rámila, de la que dacuenta por extenso Joaquín de Entrambasaguas12. Varios de los datos recogidos en elestudio de Entrambasaguas permiten, aun con prudencia, trazar el contexto aproximadoen el que habría sido redactado este comentario filológico. Por lo que atañe a la fecha,Manuel Ponce declaró en noviembre de 1622 que había tenido contacto personal conTorres Rámila cuando estuvo en Madrid, y epistolar cuando residía en Alcalá13. Elcomentario de Ponce, redactado en forma de carta, sería una de las que dirigió por aqueltiempo a Torres Rámila.
Como se indicó al principio, en junio de 1622 Manuel Ponce escribió una Relaciónde las fiestas que se han hecho en esta Corte a la canonización de cinco santos, fiestas enlas que se celebraron destacados certámenes poéticos14. En esa relación, Ponce alababa adiversos poetas que no fueron premiados y que defendían principios estéticos afines a lapoética aristotélica; uno de ellos es Pedro de Torres Rámila, a quien se refiere en losmismos términos que usa en el título del comentario a Virgilio, también fechado en1622: «colegial en el insigne Teólogo de Alcalá»15. Según las alusiones vertidas enalgunas respuestas a la Spongia16, Torres Rámila habría dejado de explicar gramática enAlcalá en torno a 1618, tal vez para dedicarse con mayor intensidad a la Teología, loque concordaría con el apelativo que Ponce le atribuye en 1622.
A este contexto cabe añadir dos datos referentes a la intención del opúsculo. ManuelPonce refuta lo que considera un error del famoso latinista Juan Luis de la Cerda en sucomentario a unos versos de la cuarta Geórgica de Virgilio. Como se ha indicado, Poncedirige su escrito a Torres Rámila. En la Spongia, Torres Rámila había atacado a JuanLuis de la Cerda por sus comentarios a Virgilio, que en su tiempo le otorgaron fama deinsigne latinista17. Añádase a lo anterior que Juan Luis de la Cerda fue uno de losautores que defendieron a Lope de Vega en la Expostulatio Spongiae.
Materia y rasgos generales del comentario
Manuel Ponce centra su comentario en los versos 287-294 de la cuarta Geórgica,donde Virgilio habla del Nilo y las tierras de Egipto. Desde un punto de vista exegético,el texto virgiliano ambienta la ubicación de la práctica de la bugonia, es decir, lageneración espontánea de abejas a partir de la carne de bueyes muertos. Esta práctica seantoja una de las mirabilia que los romanos tendían a ubicar en el cercano y al mismotiempo lejano Oriente, del que Egipto formaba parte.
12 Entambasaguas, 1967, I, passim.13 Véase Entrambasaguas, 1967, II, pp. 92-94.14 Entrambasaguas, 1967, II, pp. 70 y ss.15 Puede consultarse la cita de Ponce en Entrambasaguas, 1967, II, pp. 85-87.16 Las recoge Entrambasaguas, 1967, I, p. 406, n. 134 y pp. 408-409, n. 140.17 Véase Entrambasaguas,1967, I, p. 339 y ss.
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La argumentación de Manuel Ponce le lleva a incluir un buen número de referenciaseruditas y detalles geográficos de la zona, lo que concuerda con características de otrosescritos suyos18.
Las características del texto de Manuel Ponce responden a la evolución que loscomentarios de Virgilio experimentaron en nuestras letras a partir del siglo XV19. En esteproceso, la finalidad eminentemente propedéutica del comentario se enriqueció con unmayor sentido crítico y una mayor preocupación filológica por el texto comentado. Ésteno será sólo una base que permita aprender gramática latina, retórica, historia o realia,sino que su propia configuración se convertirá en objeto de estudio. El comentario deManuel Ponce responde a esta orientación, pues su objetivo es la correcta fijación de unpasaje virgiliano. En este sentido, cabe añadir que no pertenece al tipo de comentariogeneral que atiende a la totalidad de la obra y la explica línea a línea. Se trata de un tipode comentario más especializado, cuyo destinatario es un experto en la materia; sufinalidad es explicar algún lugar del texto especialmente difícil, matizando o refutandocon frecuencia propuestas anteriores20. Esto es precisamente lo que hace Manuel Ponceal dirigir a Pedro de Torres Rámila su refutación de la lectura que Juan Luis de la Cerdahacía de los versos 287-294 de la cuarta Geórgica21.
Como procede en una epístola, Ponce comienza dirigiéndose a su destinatario yresponde a su petición de explicar el mencionado pasaje de Virgilio, un lugar muycomplejo y de difícil interpretación. Ponce cita los versos y desarrolla una tópicacaptatio benevolentiae donde la humilitas se combina con la ponderación de ladificultad del lugar, para así subrayar el valor de su empeño.
Pasa luego a enumerar las tres dudas que estos versos de Virgilio suscitan en susexpositores:
Que el Nilo no constriñe las vecindades de Persia por estar muy distantes de su curso(«Quaque pharetratae vicina Persidis urget» v. 290).Que el Nilo no fecunda Egipto con negras arenas, ni es correcto este epíteto para la arena («Etviridem Aegyptum nigra foecundat harena», v. 291).Que el Nilo no baja de los Indios («Usque coloratis amnis devexus ab Indis», v. 293).
Esas censuras a los versos de Virgilio se adjudican enseguida a la figura del latinista JuanLuis de la Cerda, famoso por sus comentarios del poeta latino y que, como hemos visto,estaba enfrentado al grupo de Torres Rámila y Manuel Ponce en las disputas literariasde la época.
18 Así, las notas a su Sylva a las Soledades de Don Luys de Góngora son especialmente densas enreferencias y detalles sobre el Nilo, tal y como ya señalara Dámaso Alonso. En esta Sylva, además de calificara Virgilio como «el mayor poeta», Ponce cita en varias ocasiones versos de las Geórgicas . Véase Alonso, 1982,p. 515, 517.
19 Véanse al respecto, entre otros, Codoñer, 1997, p. 33, y Jiménez Calvente, 2001.20 Jiménez Calvente, 2001, pp. 46-49, señala diversos ejemplos de este tipo de comentario; entre los
primeros títulos están Filippo Beroaldo con sus Annotationes contra Servium (1482) y Poliziano con suMiscellanea (1489).
21 La primera edición de obra virgiliana con comentario de Juan Luis de la Cerda, «Ex collegioPaltheniano», Madrid, data de 1608, y comprende sólo Bucólicas y Geórgicas. Ediciones posteriores incluyenla Eneida: Lyon, Horace Cardon, 1612-1619 y Colonia, 1628. Véase. F. Piccirillo, 1985, pp. 169-178.
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Como es preceptivo, Ponce indica a continuación el propósito de su comentario:rebatir las objeciones que Juan Luis de la Cerda había hecho a este lugar de Virgilio, asícomo su decisión de suprimir el v. 291 («Et viridem Aegyptum nigra foecundat harena»,«donde el río fecunda con su negro limo al Egipto verdeante») para así explicar el pasajecomo una referencia a dos lugares donde se había restaurado el arte de las abejas: Egipto(tres primeros versos) y Persia (tres restantes). Avanza Manuel Ponce que explicará elpasaje sin suprimir ningún verso, y que demostrará que Virgilio sólo se refirió a unaregión concreta de Egipto, y no a Egipto y Persia.
Hasta aquí llega lo que podríamos denominar exordio de la epístola, el cual contienelas clásicas secciones de esta parte del discurso: captatio benevolentiae, definición de lamateria, exposición del objetivo y avance de las partes fundamentales en suargumentación (divisio).
El grueso del comentario avanza explicando verso a verso el pasaje. Su intención esdemostrar que Virgilio describió la región concreta de Egipto donde se restauró el artede las abejas, y que lo hizo con una precisa descripción geográfica que recorría susdiversas partes. Como se ha señalado, este planteamiento se oponía al de Juan Luis de laCerda, para quien Virgilio se refería en general a Egipto en los tres primeros versos delpasaje, y a Persia en los tres restantes22. Ambos comentaristas disputan sobre la mayor omenor exactitud de las referencias geográficas en el poema. Cabe pensar que lasimprecisiones en la descripción del Nilo y de los límites de Egipto respondían al carácterliterario del texto, y contribuían probablemente a dotar de sabor mágico, impreciso y untanto fabuloso la práctica de generar abejas a partir de la carne de bueyes muertos. Nopodemos olvidar el comentario que Plinio (Epist. 8, 20, 2) desliza sobre Egiptodefiniendo esta tierra como «miraculorum ferax commendatrixque terra» (‘tierra fértil ypropiciadora de maravillas’) y haciéndola en ello análoga a Asia. Por otra parte, elhecho de que Virgilio vincule la bugonia a Egipto, así como la alusión a AlejandroMagno que se encuentra en el verso «Nam qua Pellaei gens fortunata Canopi» («Puesbien: allí donde el afortunado pueblo de la ciudad pelea de Canopo») _verso que alude aAlejandría, ciudad fundada por el macedonio_ podrían tener que ver, según Putnam,con el deseo de evocar la figura del poeta erudito Calímaco. Puesto que Virgilio va atratar la origo de una práctica, qué mejor que aludir muy sutilmente al poeta alejandrinopor excelencia cuya obra cumbre es, precisamente, los Aitía u Orígenes, en la que se dacuenta del nacimiento de costumbres y lugares23.
Manuel Ponce comienza explicando cómo los tres primeros versos (vv. 287-289) serefieren a la parte occidental de Egipto. Virgilio nombra la ciudad portuaria de Canope,cercana al delta del Nilo, y hace referencia a los campos de Alejandría mediante losphaselos, navíos creados en la ciudad de Phaselo y con los que se navegaba por aquellastierras. Ponce documenta su propuesta con acopio de autoridades, procedimiento quereiterará a lo largo de todo el comentario.
El verso cuarto de la serie (v. 290) se referiría a la parte oriental del Pelusio. Denuevo el acopio de autoridades se usa para demostrar que en esa zona el curso del Nilo
22 Ponce denomina «descripción geográfica» y «narración particular» a la que se desarrolla en estosversos; las referencias generales a Egipto y Persia que proponía Juan Luis de la Cerda las denomina«descripción general» o «perifrástica».
23 Putnam, 1979, p. 272.
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estrechaba el istmo y hacía esta zona muy cercana a Persia, tal y como Virgilio decía ensu verso «Quaque pharetratae vicina Persidis urget» («en aquel lugar donde laproximidad de Persia, nación que usa la aljaba, ha generado un clima de amenazas»).
Aspecto muy importante es defender la necesidad del quinto verso del pasaje, aquelque De la Cerda había propuesto suprimir (v. 291: «Et viridem Aegyptum nigrafoecundat harena», «donde el río fecunda con su negro limo al Egipto verdeante»). ParaManuel Ponce, Virgilio nombraría la parte de Egipto que limita con Etiopía. La vozfoecundat aludiría a que el Nilo, tras discurrir encajonado en cascada por los montes deLibia, dilataría su cauce por los campos de Menfis, inundando y fertilizando las tierrascon su caudal. A ello se habría referido también la controvertida expresión nigra harena:De la Cerda censuraba el epíteto nigra; Ponce indica que es una metonimia por el limoque arrastra el cauce del río y que fertiliza los campos, y apoya su opinión en diversosautores que calificaron esta zona con similares términos.
El comento prosigue con el sexto verso (v. 292: «Et diuersa ruens septem discurrit inora», «y se precipita al mar dividido en siete diferentes bocas»). Según Ponce, se refiere atoda la tierra intermedia entre las siete bocas del Nilo, algo lógico pues en los cincoanteriores se habría aludido a los límites de esa región. Refuta así la opinión de JuanLuis de la Cerda, quien afirmaba que ese verso se refería a la zona de Persia por dondetermina el Indo. Manuel Ponce aduce además el verso siguiente a la serie comentada (v.294: «Omnes in hac certam regio iacit arte salutem»,«toda esta región deposita suesperanza de segura salvación en este arte») como una prueba más de que el poetaestaba describiendo una región y no dos.
Según De la Cerda, el último verso del pasaje (v. 293: «Usque coloratis amnisdevexus ab Indis», «tras haber bajado de las tierras de los pintados Indios») se referiríaa la India Oriental. Para Manuel Ponce describe la zona de Etiopía por donde el Nilobaja en cataratas y entra en Egipto. Lo demuestra con la explicación de varias voces; así,indis coloratis nombraría a los etíopes, y Ponce reúne autoridades que usaron las vocesIndia e indios para referirse a Etiopía y sus habitantes; coloratis (‘negros’) respondería ala común creencia de que los etíopes eran de ese color al haber sido abrasados por losrayos del sol.
Tras el grueso del comentario, Manuel Ponce se centra en refutar la censura de JuanLuis de la Cerda sobre el quinto verso de la serie (v. 291: «Et viridem Aegyptum nigrafoecundat harena»). De la Cerda, como queda dicho, criticaba en este verso el uso delepíteto nigra para referirse a la arena, pero también la presencia de la voz Aegyptum,que desvirtuaba la descripción perifrástica, porque ésta implicaba la eliminación delnombre de la cosa descrita (en este caso, Egipto); en consecuencia, proponía suprimir elverso para una mejor comprensión del pasaje. Abundando en su anterior explicaciónsobre la necesidad del verso, Ponce indica ahora que no se trata de una descripciónperifrástica y general de Egipto, pues para ese fin le hubiese bastado a Virgilio concualquiera de los versos del pasaje menos el cuarto y el séptimo. Lo que Virgilio habíapretendido era una descripción geográfica que avanzase por las diferentes partes de laregión, según Ponce había intentado demostrar en la parte anterior de su comentario. Enese marco, la voz Aegyptum resultaba perfectamente lícita al referirse al todo que lasengloba. A ese razonamiento añade como ejemplos una descripción similar de España y
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otra de Egipto incluida en la Biblia24, y remite al final del texto, donde se incluye eldibujo de un mapa de la región de Egipto sobre la que se discute.
A modo de colofón, el comentario se cierra recapitulando sus dos ideasfundamentales: que el quinto verso es imprescindible para la correcta comprensión dellugar, y que Virgilio se refirió a una sola región de Egipto, y no a Egipto y Persia. Al hilode la primera idea, Manuel Ponce vuelve a subrayar, como hiciera en el exordio, elreconocimiento que merece su labor en contraste con un expositor de la talla de JuanLuis de la Cerda. Al hilo de la segunda conclusión, Ponce añade como nuevo argumentola fábula de Aristeo25, y lo acompaña de un nuevo acopio de autoridades que apoyan suidea de situar sólo en Egipto el pasaje virgiliano.
El problema ecdótico del pasaje
El pasaje de las Geórgicas de Virgilio merecedor del comentario de De la Cerda y dela enmienda de Manuel Ponce, ofrece una dificultad de partida que ha originado ciertatradición de comentarios. En 1622, Manuel Ponce ponderaba la magnitud de su intentoaludiendo a la dificultad del pasaje para los estudiosos: «permítase a los desbeloshumanistas, si no a la diciplina de la crítica enseñança, la exposición de lugar que tantosan juzgado inaccesible» (f. 132). En 1847, Thomas Keightley afirmaba sobre el mismo:«There is no passage in Virgil which has given critics more trouble than this»26.
El problema, tal como lo sintetiza Thomas27, nace de la disparidad de los principalestestimonios manuscritos de la obra virgiliana, que presentan el verso que consideramos291 («Et uiridem Aegyptum nigra fecundat harena») en lugares distintos: «In the threemajor mss 291 is found in three separate places —following 290 in the Palatinus, 292 inthe Mediceus28, and 293 in the Romanus»29. Ello llevó a algunos editores a ver el verso291 como una interpolación y a querer enmendar en el sentido propuesto por De laCerda, es decir, eliminando el molesto hexámetro. Keightley, por ejemplo30, considerasospechosa la totalidad de los versos 290-293, sumándose en ello a los recelosexpresados ya antes por Heyne y Wagner en sus ediciones31, si bien estos se limitaban a
24 La descripción de España recorre los diversos reinos peninsulares y delimita sus fronteras; la bíblica deEgipto se encuentra en Ierem. 46, 25 y ss.
25 Entre otras cualidades vinculadas a las labores agrarias, este dios menor poseía el dominio de laapicultura. La leyenda cuenta que, tras perseguir Aristeo a Eurídice y morir ésta al ser mordida por unaserpiente, sus abejas enfermaron. El dios Proteo le enseñó cómo restaurar sus enjambres. Según diversosautores, a quienes Ponce cita, el lugar donde Aristeo recibió esa enseñanza fue Egipto.
26 Keightley, 1847, p. 346.27 Thomas, 1988, p. 199.28 A pesar de que el Mediceo es el códice preferido por los humanistas, parece que en este punto no se ha
seguido su organización del texto. Sí lo siguen, por ejemplo, las ediciones impresas en Venecia en 1482 y enZaragoza en 1513, que se pueden ver en la bibliografía en el apartado «Ediciones consultadas de obras deVirgilio».
29 Thomas, 1988, p. 199, quien añade: «It clearly belongs after 293, whence it was perhaps displaced (tofollow 290) because the scribe’s eye went from “urget” in 290 to “et” of “et uiridem”, rather than “et” of “etdiuersa”». La diversa colocación del verso en los manuscritos mueve a sospechar que, en algún momento de latradición, este pudo estar situado en los márgenes.
30 Keightley, 1847, p. 347.31 Heyne, Publius Virgilius Maro uarietate lectionis et perpetua adnotatione illustratus, Bucolica et
Georgica, ed. 4 curauit G.P.E. Wagner.
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dudar de la editabilidad de los versos 291 y 292, o del trío 291-293, respectivamente. Elmotivo para los tres editores es el mismo: los versos sospechosos habrían sido puestospor Virgilio (o por un crítico que los habría tomado de otros poemas virgilianos) almargen de su copia autorial en señal de duda, e incorporados posteriormente por manode un gramático. Como se ha visto, la postura de Manuel Ponce es mucho másconservadora, y más cercana a la de los editores actuales: mantiene el verso como 291,lugar que ocupa en el códice Palatino y que era habitual en las ediciones que circulabanen su tiempo32.
Ignoramos en qué momento de las ediciones virgilianas33 comenzó a plantearse elproblema. El comentario clásico a Virgilio, el de Servio, no indica en este puntoproblema alguno, y parece guiarse por la disposición del códice Palatino. Servio se limitaa comentar en los versos anteriores cuestiones toponímicas y, en este verso concreto, eluso del calificativo «nigra» aplicado a «harena»34. Tampoco hacen referencia a estascuestiones el comentario de Valerio Probo, ni los de Poliziano35, Landino, Mancinello,Badio Ascensio, Nebrija y Germano. En todos ellos predominan las indicaciones sobrefuentes y realia. Una de las primeras referencias a este problema debe de haber sido la dePierio Valeriano en sus Castigationes et varietates virgilianae lectionis (1521),consideradas el germen del aparato crítico de variantes de los manuscritos virgilianos yel comentario más relevante desde el ángulo de la crítica textual. Al referirse al verso «Etviridem Aegyptum nigra foecundat harena», Pierio indica: «Versus hic Romano codice,locum habet post versum, vsque coloratis, hoc scilicet ordine (‘Este verso, en el códiceRomano, tiene su lugar después del verso vsque coloratis, es decir, según este orden:’). /Quaque pharetratae vicinia Persidis vrget. / Et diuersa ruens septem discurrit in ora, /Vsque coloratis amnis deuexus ab Indis. / Et viridem Aegyptum nigra foecundat arena»(f. 134v).
A los ojos de los editores de hoy, la eliminación del problemático verso propuestapor De la Cerda parece, como en su tiempo a Ponce, innecesaria. Por lo que respecta a
32 Así, por ejemplo, sucede en las ediciones de obras de Virgilio impresas en Venecia, 1508 y 1537;Granada, 1546 y Amberes, 1575. Véase, en la bibliografía, el apartado «Ediciones consultadas de obras deVirgilio».
33 Síntesis de este tema en Piccirillo, 1985: la editio princeps virgiliana, aunque el volumen no presenteaño, puede ser datada en Roma, 1468-1469, a cargo de Andrea Busi.
34 Servii Grammatici qui feruntur in Virgilii carmina commentarii , 287: «PELLAEI CANOPI Canopusciuitas est iuxta Alexandriam, quam Alexander condidit instar chlamydis suae: qui fuit de ciuitateMacedoniae, quae Pella nominatur. Canopus autem dicta est quasi Canobus, a Canobo Menelai gubernatoreillic sepulto. Et aliter: Pellaei Canopi ideo dixit, quoniam Macedones Alexandriam condiderunt; est autemMacedoniae ciuitas Pella, patria Alexandri, a quo dicta Alexandria est. A qua urbe xii milia passuum distansuicus est Canopus, a Canobo, Menelai gubernatore, ita appellatus. Longo autem epitheto Pellaei Canopi sicusus est, ut alibi Tyrios et Agenoris urbem et Assaraci domum, Romam.
289: FASELIS breuibus nauiculis, quibus utuntur cum stagnauerit Nilus.291: NIGRA FECVNDAT HARENA. Nouum enim semper limum trahit, qui efficit fedunditatem: unde et
Nilus dictus est quasi nevan Jiluvn trahens; nam antea Nilus latine Melo dicebatur.293: (VSQVE COLORATUS AMNIS) DEVEXUS AB INDIS Terentius ex Aethiopia usque in haec est,
Sallustius item quem trans stagnum omnis usque ad flumen. Hic ergo usque e loco est, non in locum, ut ipseItaliam longe prospexit ab usque Pachyno».
35 Véase Castano Musicò, 1990.
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su colocación, la edición escolar tal vez más manejada hoy en día de las Geórgicas36
presenta los versos numerados como 287-294 siguiendo la disposición del códiceRomano, es decir, un orden donde el verso en cuestión se transpone de forma pocotraumática en relación con su colocación en otros manuscritos:
Nam qua Pellei gens fortunata CanopiAccolit effusso stagnantem flumine Nilum,Et circum pictis vehitur sua rura phaselis:Quaque pharetratae uicinia Persidis urget,Et diuersa ruens septem discurrit in oraUsque coloratis amnis deuexus ab Indis,Et uiridem Aegyptum nigra fecundat harena,Omnis in hac certam regio iacit arte salutem.
Descripción bibliográfica del ejemplar
A continuación ofrecemos la transcripción bibliográfica del volumen donde seencuentra el comentario de Manuel Ponce. Queremos agradecer expresamente a JohnO’Neill y Vanessa Pintado, de la Hispanic Society of America, las facilidades y ayudaque nos han proporcionado.
Hispanic Society of America, New York.Ms. HC 371/230138 folios numerados modernamente a lápiz en la parte central del margen derecho,
más cuatro recortes sueltos numerados 152bis, 166bis y 173bis (hay dos papeletasnumeradas 173bis, con diferentes contenidos). En algún caso se conservan restos de laantigua numeración original de las diferentes obras que reúne el facticio. Algunas obrasllevan también un número a lápiz en la parte superior derecha, que las ordena en unaserie hasta la nº 21 (estos números no son los mismos que Rodríguez-Moñino y Brey,1965, I, pp. 407-408, dan en su descripción bibliográfica del manuscrito, pues ellos sólonumeran las obras en verso, y marcan con un asterisco aquellas escritas en prosa).
Existen folios en blanco entre algunas obras; por ejemplo, tres en blanco entre laapología inicial a Olivares (ff. 1-4) y el siguiente poema. Se detallan estos casos en ladescripción del contenido.
Dimensiones 15 x 21cm.Encuadernación en pergamino, con correíllas. En el lomo: Varias Poesias. Seria[s]. Y
Sat.[íricas].Volumen facticio con letras de varias manos del siglo xvii y del xviii (algunas
composiciones también son de esta centuria). Está suelto el cuaderno entre los folios 149y 156.
Papeles de diferente procedencia, como atestiguan las filigranas que se aprecian enalgunos casos. Las más frecuentes son los tres círculos verticales con grifos y corona, lostres círculos verticales con creciente horizontal y corona, los tres círculos verticales concreciente horizontal y cruz y la cruz latina en escudo, que se advierten en numerosos
36 Mynors, 1969. También defienden este orden otros muchos editores y filólogos, como Keightley, 1847,p. 346 o Thomas, 1988, 27 y 199.
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documentos del siglo xvii y xviii (véase Collection of watermarks traced from Spanishmanuscripts and printed books, 1328-1795, Hispanic Society of America, ms. B1194,pp. 173-190; véase también Plata, 1997, pp. 57-60 y nº 1-16, 17-28 y 29-38, paradiversas precisiones cronológicas). Por lo que se refiere a la Apología escrita por ManuelPonce, registra dos tipos de filigrana: la más frecuente (ff. 133-142, 133-141, 136-139,137-138) son los tres círculos verticales con creciente horizontal y cruz; en el círculocentral aparece la inscripción 6D (no se aprecia con absoluta claridad, pero sí parece a laluz de los ff. 134-141), y en el inferior la letra C. Los ff. 146 y 147 se han cosido aparte,y registran como filigrana tres círculos verticales con corona; en el interior del círculosuperior aparece una cruz, y en el del inferior una n. Filigranas muy semejantes seregistran (Collection of watermarks…, pp. 183 a 185) en documentos del siglo xvii;Plata, 1997, pp. 58-59, nº 17-28 y 58, señala que este tipo de filigranas son frecuentesen el xvii, especialmente en el último cuarto, y también en la primera mitad del xviii.
Filigranas menos frecuentes en el manuscrito son las cruces en ovoide, el sol, lacorona con AR en la parte inferior, el nombre DVPVI y la flor de lis.
En las guardas del comienzo lleva pegados el ex libris con el escudo y la indicaciónde pertenencia a la Biblioteca de Don Antonio Cánovas del Castillo, así como una notaimpresa del librero alemán Karl W. Hiersemann donde describe el volumen. Hay otrahoja de guarda al final. Al final de la Apología escrita por Manuel Ponce se incluye unmapa de la región del Nilo sobre la que Ponce trata en su comentario de Virgilio; estemapa está dibujado por la misma mano que copió la obra, en un papel de mayortamaño que ha sido plegado.
Contenido:-[en prosa] ff. 1-4: Apoloxia Al Conde-Duque de Olivares D.n Gaspar de aro y Guzman:
«Nazio Dn Gaspar en Roma […] por cuya caussa dejo de enviar socorro a tiempo».-3 hojas en blanco [con una breve anotación sobre un rezo en el vuelto de la tercera]-ff. 5-6: Laméntase la corte dela dela [sic] desigualdad con que obra la justicia anteponiendo la
pasion a la razon: «O miserable España, / pues as llegado a tiempo […] y una perlis, por quien /está con perlesía todo el Reyno».
-f. 6v en blanco-f.7: A la Creación de Gentiles hombres de Camara: «A el Antón sin Mrn. hixo del recto / A el
fresnillo con ojos de Aceituna […] para un ojo de camara u de culo / un manoxo crio de dozellaues»
-f 7v en blanco-1 hoja en blanco-f. 8: «Digame Don Juan Thomas / con quanto valor se halla […] oropesa se ha azercado / y la
Reyna esta contrita».-f. 8: «A peso de oro se toma / que Oropesa aya venido […] porque aun faltan por rozar /
muchas Matas, de Matilla».-f. 8v en blanco-1 hoja en blanco-f. 9: «Que a la Berlips le den cincuenta mill / que Archipanpano hagan al Barbon […] que
valga un Real de aocho cada par / de todo aquesto que se le da al Rey?»-f. 9v en blanco-1 hoja en blanco-ff. 10-18v: Cierto Papel Muy Curiosso. 1642. Lo que contiene este papel siguiente hasta
donde empieza otro genero de verssos le hizo antes que al marques de Villena sele despojasse de su
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gobierno: «No sse que mussa en mi favor ymboque / Para que me descoques […] y de tu vidamisero cabo / Misericordias Domine Cantabo».
-f. 18v-19: Otras: Vino sin saber por donde – Vn conde / Emuio para aliuio el Rey – Virrey[…] si no es que quiera después / cuchillo soga o beneno».
-ff. 19-19v: Soneto. Al Ex.mo Señor Marques de Villena: «Desvelasse en pensar el mascuriosso / y pierde el juiçio el mas agudo sauio […] nombrando a Salvatierra por Caudillo / que sete vengara destos traidores».
-f. 19v Soneto: «Ya soberbio Luzbel de tu Arrogante / Con estrepito orrendo ynopinado [...]Que un soberbio si riscos apeteze / precipicios aspira ñeque pereze».
-ff. 19v-20v: Otros: «Sancto Obispo Saluo sea el lugar / vana la gloria […] a dar graçias va a laVirgen / y yo otro ñudo a la bolssa».
-f. 20v: «Palafox Mirad Por Vos […] y el borde ariça es traydor».-f. 20v: Otro. «Mirad Por Vos Salvatierra […] os ha de he char de la tierra»-ff. 20v-21: Soneto: «Cansado el tiempo ya de desengaños / en el credito humano no
advertidos […] con el mesmo poder de lo que pudo / a sus mesmas desdichas haze amparo».-f. 21: Otra: «Advierte Conde el ardid / Pues dios te a dado Talento […] que es vid que rinde
por fruto / viuir sin dexar viuir».-f. 21v en blanco-1 hoja en blanco -ff. 22-24: A la mayor hazaña de Alexandro Magno. Romance: «El magno Alexandro aquel /
cuyo valor cuyo orgullo […] que esta sugeto a un engaño / el monarcha como el vulgo».-f. 24v en blanco-ff. 25-27v: Jornada de Ballecas a M.d al Motin de 28 de Abril de 699.: «A la media noche /
dos que de Ballenas […] y asta otra jornada / se acabó con esta».-f. 28: «Vnos desbragados / los culos de fuera […] al mejor obispo / saco ala vergüenza».-f. 28v. en blanco-ff. 29-32: Habla Sócrates teniendo en la mano el vaso de cicuta que hauia de veuer a cuia
muerte le condenaron porque burlaua de la multitud de los Dioses y dezia que no hauia mas quevno: «Salve Athenas, o tu mil veces grande / de cuyos primitivos esplendores […] y cadáver falazde los sentidos […] burló a la muerte su constancia el golpe».
-f. 32v en blanco-ff. 33-37v: Camino de Caramanchel Perico y marica bueluen a el: «Perico y marica / por
quien todos claman […] que Madama Yle / hermano desgracias».-f. 37v: Despues de trasladado este Papel vi esta Copla que es la que se sigue. Despues de
trasladado este Papel vi esta Copla que es la que se sigue: «Quien de España es flor de lis / la perlis[…] que a España le han destruydo / la perlis, el coso, y vanos».
-ff. 38-41v: Camino de Caramanchel Perico y Marica bueluen a el: «Perico y Marica / porquien todos claman […] que Madama ile / hermano Desgracias».
-2 hojas en blanco-ff. 42-43: De los siete Angeles Principes. Hymno. En la columna derecha se traduce al
castellano el himno que figura en latin en la columna izquierda de los folios:] De SeptemPrincipibus Angelorum, Hymnus: «En el Reyno luciente / callo suspenso el celestial senado […]unigenito de el Padre / de verdad y gracia lleno».
-f. 43v: Soneto con estrambote: «Dichoso el hombre que logro sus años / en verde monte ycampo solitario […] Muestran que es menos riesgo y sobresalto […] vivir en tierra, que morir tanalto».
-ff. 44-48v: Parafrasi y declaracion del Psalmo Miserere mei: «Señor omnipotente / Mi gloria ymi consuelo en los enojos […] El nombre honrrado sea / en quanto el tiempo, en quanto el solrodea».
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-[en prosa] ff. 49-49v: Copia del Decreto en que se degrado y descaratheriso a Valenzuela:«No hauiondo concurrido con las mercedes […] En Buen Retiro a 27 de henero de 1677».
-[en prosa] ff. 50-51: Carta del Papa al Rey nro. Señor: «Hijo mio mui amado en Xpto […] enRoma en el dia 11 de Marzo de 1677 y de mi pontificado en el primero».
-f. 51v [en blanco]-ff. 52-55v: Perico y Aneta Archiducal Matraca Lusitana: «Perico y Anneta / los dos
estafermos […] hecho un Satanás / y un demonio hecho».-f. 56: Memorial al Rey nro. Señor en su entrada en Madrid. Soneto: «Sea en buen ora V.
Majestad / venido al alto solio de Madrid [...] la codicia en los gefes, comun sed / y el trono de losReyes, ataud».
-f. 56v: en blanco-f. 57: Al hauer solicitado el Rey de Portugal la diuision de España en provincias: «Hasta el
pulga de Reyes tiene tos / figura de apostar, si es sota o Rey […] no haga reir a Felipe de Borbon /un Duque de Verguenza Portugal».
-f. 57v: en blanco.-f. 58: Coplas echas por un fino Botifloro, estando preso en un Calabozo del Castillo de
Xatiua: «Cuydadico fanaticos tristes / que Borbon ya uiene como General […] pues rezadle elRosario a su cuenta / que bien apañados os a de dexar. Oid, escuchadelle».
-f. 58v: en blanco.-1 hoja en blanco.-ff. 59-65: Pintura Del Reyno de Galicia: «Tiene la Tierra vn mal rrincón obscuro / y vn sitio
triste; el qual pintar procuro […] y con el agua, y aire, que el arroja / la Pluma buela, y el Papel semoxa».
-f. 65: Dezima al propio asumpto: «O sangre hidalga, que yo / mondonguera la he llamado[…] que el Diablo y los Sacerdotes, / lleban el Reyno al Abismo.
-f. 65v: en blanco.-1 hoja en blanco.-ff. 66-73v: Coplas. Para Coplas escrutinio Recto: «Yo el Tuerto Julian / a quien ya le han
puesto […] paguemos a Dios / los debidos feudos».-[en prosa] ff. 74-110v: Copia de lo que el Cardenal D.n Fran.co de Mendoza y Bobadilla
Arcobispo de Burgos escriuio y dio en Minutta al Rey D.n Felipe 2º porq. e hauiendole negado dosauitos a sus sobrinos hijos del Marq.s de Cañete su hermano por dezir que se dezia no eranLimpios por vn Abolengo quiso sinificar a su Mag.d que por esa Causa se harian [sic] de negar atodas las Casas Ylustres de España que tenian cosas semejantes sin que les costase p.a nada:«Primeramente todos los que dezienden en Portugal y en Castilla de Fernando Alonso de Toledo[…] del arzobispo Dn Alonso Carillo, que tuuo a Huerte y se llamo Duqe de Huerte tuuole unaMorisca».
-1 hoja en blanco.-[en prosa] ff. 111-130v: Linajes de Castilla y Portugal: «Primeramente todos los q descenden
de Hernando Alfonso de Toledo […] y en estos colegios ha hauido muchos confessos».-[en prosa] ff. 131-148: Apología en defensa de Virgilio sobre vn lugar de la quarta Georgica
por Manuel Ponze dirigida al Maestro P.o de Torres Ramilla collegial en el insigne Theologo deAlcala. MDCXXII
f. 131: Portada, f. 131v: en blanco, ff. 132-147: texto, 1 hoja en blanco, f. 148: mapa plegado,f. 148v: en blanco.
-[en prosa] ff. 149-183v: «El Dr. D. Esteuan de Aguilar y Zúñiga, testigo presentado, y juradoen 8. de febrero del año. de 1675 […] porque les era estoruo a sus desordenados deseos, yninguno tuuo atreuimto para poner nota alguna en su santidad». [Copia de declaraciones detestigos presentados en 1675 en el proceso para la causa de la Beatificación «que se pretende del
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gran sieruo de Dios D. fr. Fran.co Ximenez de Cisneros», con numerosas notas marginales,tachaduras y correcciones; los folios correspondientes llevan numeración propia a tinta y en laparte superior izquierda; se numeran del 1 al 33) y después hay dos folios sin numerar; por errorde encuadernación, los folios 24, 25, 26 y 27 han sido colocados después del 33 y antes de los dosno numerados. De la misma mano, y en pequeñas papeletas recortadas, se introducen textos entrelos ff. 4v-5 (moderna 152v-15r, por lo que se numera a lápiz 152bis), 18v-19 (moderna 166v-167,se numera a lápiz 166bis), 29v-30 (moderna 173v-174, se numera a lápiz 173bis; dos recortes conesta numeración, con diferentes contenidos)].
Transcripción del texto
Transcribimos a continuación el comentario de Manuel Ponce. Desarrollamos encursiva las abreviaturas, que en su mayoría corresponden a monosílabos y desinenciasverbales. En los nombres de autores y obras literarias, muy frecuentes en el texto, sólo sehan desarrollado aquellos que abreviados podían resultar de difícil comprensión, a finde no sobrecargar de cursivas la transcripción. Esas informaciones se completan en nota,donde recogemos nombres de autores y obras menos conocidos. Cuando restituimosalguna clara errata del manuscrito, se indica en el texto.
Al lado de los textos en lengua latina ofrecemos, entre paréntesis, su traducción alcastellano, que no aparece en el manuscrito. Cuando esa traducción es nuestra, va entrecomillas simples; se usan las comillas dobles cuando la traducción corresponde a unaedición que, en esos casos, se recoge en la bibliografía.
Se respeta la división en parágrafos del manuscrito. Por lo que se refiere a la divisiónde palabras, se han corregido los casos, no muy frecuentes, en los que era incorrecta,tanto en latín como en castellano. La puntuación y acentuación se han modernizadopara facilitar la lectura.
Hemos restringido las notas al texto a pocos supuestos. Con ellas se marcan algunasparticularidades gráficas del manuscrito, así como las anotaciones que contiene en losmárgenes de sus folios. También se indican algunas discrepancias de sus lecturas enrelación con las que ofrecen las ediciones antiguas o más autorizadas de los diversosautores de cuyas obras se citan pasajes. Las notas filológicas y otros pormenores delestudio introductorio se incluirán en la edición que estamos preparando.
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[f. 131]
Apología en defensa de Virgilio sobre un lugar de la quarta Geórgica, porManuel Ponze, dirigida al Maestro Pedro de Torres Rámilla, collegial en elinsigne theólogo de Alcalá
MDCXXII
[f. 131v, en blanco]
[f. 132] Quando las sombras de la Antiguedad remota ocultaron regiones dilatadas ala vniuersal notiçia de los que escribieron en ella, sin raçón intentamos enteroconozimiento de sus escriptos, y justamente debemos estimaçiones a los que en loprofundo de tantas dificultades allan alguna sonda con que medirlas. Propóneme vm laque ponderan tantos varones insignes sobre estos siete versos de Virgilio en la quartaGeórgica, vers. 287 hasta 294:
Nam qua Pellaei gens fortunata CanopiAccolit effusso stagnantem flumine Nilum,Et circum pictis vehitur sua rura phaselis:Quaque pharetratae vicina37 Persidis urget,Et viridem Aegyptum nigra foecundat arena,Et diuersa ruens septem discurrit in oraVsque coloratis amnis devexus ab Indis.
(«Pues bien: allí donde el afortunado pueblo de la ciudad pelea de Canopo habita las marismasque forma el Nilo al desbordarse sus aguas, recorriendo los campos en barcas decoradas, enaquel lugar donde la proximidad de Persia, nación que usa la aljaba, ha generado un clima deamenazas, donde el río fecunda con su negro limo al Egipto verdeante y se precipita al mardividido en siete diferentes bocas, tras haber bajado de las tierras de los pintados Indios»).
Y mándame decir mi sentimiento, juzgando que la sufiçiencia que me atribuie sufavor podrá38 haçer el efecto que si fueran iguales sus quilates en mi talento a los que meconcede su confiança39. Pueda en mí su preçepto lo que no consiguiera mi cuidado, aunpersuadido de tener algún premio en la inteligençia de lugar tan difícil. Y pues losagrado de sus atençiones no debe inclinar los ojos a las humanas tinieblas, permítase alos desbelos humanistas, si no a la diciplina de la crítica enseñança, la exposiçión de
37 Ed. Mynors: uicinia38 Ms.: padra39 Y mándame decir (…) confiança: clásico ejercicio de captatio benevolentiae por el que Ponce se muestra
intelectualmente inferior a Torres Rámila, y atribuye sus posibles méritos a la generosa estima que le profesasu amigo: ‘Y me manda vm [Torres Rámila] decir mi opinión sobre este pasaje, creyendo que la capacidad quesu generosidad me otorga podrá conseguir lo que sólo se lograría si los quilates de mi talento fuesen iguales alos que su confianza me concede’.
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lugar que tantos an juzgado inaccesible, atribuyendo la culpa de corta diligencia alsuperior ingenio de el autor40.
Hallan los expositores tres dudas en estos versos:[f. 132v] La primera, que el Nilo no constriñe las veçindades de Persia por estar muy
distantes de su curso. La segunda, que no fecunda el Egypto con negras arenas ni sepuede dar propiamente este epítheto a la arena, que es blanca o rubia.
La terçera, que no baja de los Yndios este río, y que en estas dos partes erró lageographía el Poeta.
El Padre41 Juan Luis de la Zerda, expositor de Virgilio, pone estas tres dificultades,siguiendo en la exposiçión de estos versos nuebo camino, y assí empieza su comento enestas palabras: «Explicabo septem versus, ut nemo hactenus explicuit. Rationem reddamin 1. Nota: est enim locus iste difficillimus. Ergo scripturus Poeta artem qua ex caesoboue apes reparantur, primo, locum describit, ubi ars haec initium habuit. Is locusduplex est Aegyptus, et Persia. Tres primi versus, Aegyptum signant, tres alii Persidem»(‘Desarrollaré los siete versos como nadie lo ha hecho hasta ahora: daré el motivo en 1.Nota: pues es ese un lugar dificilísimo. Así que, al ir a describir el poeta la técnicamediante la que se recobran las abejas a partir de un buey muerto, en primer lugardescribe el lugar donde tuvo sus inicios esta técnica. Este lugar es doble, Egipto y Persia.Los tres primeros versos significan Egipto; los otros tres, Persia’).
Después de proponer esta opinión, dice que significó el Poeta el Egipto por el Nilo yla Persia por el Yndo, y para seguir este intento quita este verso a Virgilio: «Et viridemAegyptum nigra foecundat arena», con lo qual explica los otros seis de la manerapropuesta; y puniendo las dudas, dice: «Si omnes versus de Aegypto, et Nilo capianturqui Persis vicina est Aegypto aut Nilo cum tota Arabia sit intersita?» (‘Si se ocupantodos los versos de Egipto y del Nilo, ¿cómo es Persia vecina de Egipto o del Nilo,cuando está metida por el medio toda Arabia?’). Aquí nos manda ver las inscripcionespara que alcancemos luz. Veremos [f. 133] en obediençia las descripciones y mapas, nosólo las inscripçiones. La negra arena queda ya reprobada antes de esto por el mismoautor donde diçe: «Deinde in explicando illo, nigra arena, docti sudant. Nam si arenaquae42 nigra? Et si nigra certe limus, non arena. Et quidem de Nilo limum dicunt omnes,non arenam et quale est, epithe(t)i 43 huius Virgilium neminem habuisse imitatorem?»44
(‘De ahí que, al explicar aquello de la «negra arena», los eruditos sudan. Ya que, si esarena, ¿cómo va a ser negra? Y si es negra, ciertamente es limo, no arena. Y es queacerca del Nilo todos dicen limo, no arena, y tal cual está, Virgilio no tuvo imitadoralguno de este epíteto’). Y después de auer esforçado sus raçones, añade la última duda,
40 atribuyendo la culpa de corta diligencia al superior ingenio de el autor: Ponce se dispone a esclarecer unlugar que muchos comentaristas de Virgilio han juzgado inaccesible atribuyendo esa dificultad del pasaje alsuperior ingenio de Virgilio, en lugar de a su escasa aplicación en el estudio de dichos versos.
41 Ms.: Pe. En adelante no se desarrolla la abreviatura.42 Ed. De la Cerda: qui43 Ms: epithei44 La i inicial pudiera inducir a confusión con e, pero es semejante a la i que puede encontrarse en varios
lugares del manuscrito. Sucede lo mismo, sin salir del f. 132, las voces intentamos (línea 3 del ms.), in ora(línea 14) y, sobre todo, inteligençia (línea 21), donde se aprecia claramente el trazo de una i que no llega aabrir un bucle tan marcado como en las e iniciales y que, en el último ejemplo, carece del punto en la partesuperior, lo mismo que sucede en esta de imitatorem.
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que no viene de los Yndios el Nilo: «Ex dictis efficio posteriores tres versus non possecapi de Nilo, quia neque vicinitas Persidis Aegyptum urget, neque Nilus ortum ab Yndishabet»45 (‘A partir de lo dicho concluyo que los tres últimos versos no pueden tratar delNilo, porque ni la vecindad de Persia amenaza a Egipto, ni el Nilo tiene su nacimientoen los Indios’).
Doctíssimamente expone conforme a esta opinión los seis versos que dexa46, cuiaautoridad venero y estimo como de tan gran maestro. Y confiesso que mi intento no esoponerme a su exposiçión, sino explicar el lugar sin quitar el verso, y que todos siete seentiendan sólo de la tierra de Egypto, mirando a diuersa luz la inteligençia de el lugarque tanto careçe de ella, en cuya conformidad diçe el mismo expositor: «Dedimus enimlucem loco difficillimo poetae, et nescio an alius in eo difficilior» (‘Pues dimos luz a unlugar dificilísimo del poeta, y no sé si hay otro en él más difícil’). De suerte que entretantas tinieblas a que no intentaron dar luz los ingenios y estudios de tan grauesexpositores, justamente podrá estimarse el intento que nos guía, si no sale frustrado enla execución.
[f. 133v] He creído que en estos versos fue el intento de Virgilio describir la tierra deEgipto no por descripción periphrástica, ni toda la prouincia comprehendida en el cursode el Nilo que la atrauiessa, sino con narración particular de cada vna de sus partes,descriptas por sus propios nombres o vsando en alguna de ellas períphrases adequadospara su inteligencia y conoçimiento, de manera que quedasse descripta aquella regiónpor las ciudades que son términos suyos, como Alexandría, el Canopo y Pelusio, vecinasal Mediterráneo, y por el curso de el Nilo por donde discurre por siete braços hastadonde vajando de Ethiopía entra en Egipto, mas no por descripción vniuersal, nisignificando el curso de el río para describir la tierra donde fue reparado el vso de lasauejas. Esta verdad se prueba con el mismo texto, si se mira con atençión, con el qualempeçó el Poeta describiendo la parte de el Egypto donde se termina con el mar por lade el occidente: «Nam47 qua Pellaei gens fortunata Canopi» cuya descripción esgeográphica, nombrando en ella la ziudad de Alexandría como adjetibo de los canopes yla isla de Canopo, términos de aquella región. Plin. l. 5. cap. 10: «Sed iure laudetur inlitore Aegyptii maris Alexandria, ab ostio canopico 120 passuum ettzª.» (‘Pero conrazón cítese que en la costa del mar de Egipto está Alejandría, desde la boca canópica
45 [En el margen derecho del f. 133, precedido de un asterisco, se lee lo siguiente]Fridericus Taub- / manus ulti- / mo exposi / tor de este / poeta descon / fio de poder / entenderle, / y
remitiose / a deçir que / esta este lu- / gar degra / bado; ya / si dice so- / bre 4 de / estos versos / qua parte /Persia / Aegypto / vicina / est? / [continúa en el margen izquierdo del f. 133v] si tamen per / Arabiam in /teriectam/ / esse potest: / certe cum / viri docti / locum hunc / deprabatum / clamitent. / y en lo demas /conuiene con / el Pe. Juan / Luis cuia / sentencia refiere.
46 los seis versos que dexa: se refiere a los seis versos de que constaría el pasaje de las Geórgicas sin contarel v. 291, que De la Cerda suprime.
47 [En el margen inferior izquierdo del f. 133v, precedido de un asterisco, se lee lo siguiente]Leonisio / l. 2. / c. 56 de su / varia histª. / diçe de este río / et circa Pha- / rum tandem / in Aegyptum /
devoluitur pe- / lagus. Se refiere a Niccolò Leonico Tomeo (1456?-1531?), humanista experto en filosofíagriega que enseñó en Padua y Venecia, y que destacó como experto en Platón y Aristóteles. La cita pertenece asu obra De varia historia libri tres, editada en 1531 (Venecia: Giunta, enero 1531; Basilea: in officinaFrobenniana, agosto 1531). Hemos cotejado la cita con el texto de Basilea (véase p. 193), con el que coincide.
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120 pasos etc.’), en lo qual no ay [f. 134] períphrasis alguno. Y continúa en los dosversos siguientes:
Accolit effuso stagnantem flumine NilumEt circum pictis vehitur sua rura phaselis
describiendo la tierra adentro, donde en los campos de Alexandría esparçe el río sucorriente y, rebalsado antes de entrar en el mar, inunda las tierras y las haçe piélagos*48
en que nabegan con pintados vaxeles. Herod. l. 2: «Hoc cum contigit non iam peralueum fluminis sed per medium campi nauigatur» (‘Cuando esto sucede, no se navegaya por el lecho del río, sino por el medio del campo’).
Achillis Alexandrini. l. 4.: «Nam cum eam omnem Nilus inundauerit paludes efficit,quae deinceps illo etiam abeunte remanent, minus quidem aquae continentes, sed limomulto refertae, per quas cum pedibus feruntur, tum et naviculis, non sane maioribusquam ut singulos vectare possint. Quod siquando aquam deesse contingat, sublatamhumeris nauiculam asportant quovsque aquam inueniant» (‘Pues cuando la inunda todael Nilo causa lagunas que después, al retirarse, quedan, y contienen, cierto es, menosagua, pero están cubiertas de abundante limo, por medio de las cuales van a veces a pie,a veces también en pequeñas barcas, no mayores que las que pueden transportar a unsolo pasajero’).
Eran estos nauíos llamados Phaselos de Phasela, ciudad de Pamphilia donde fueroninbentados, capaçes de llebar velas y remos. Todo se prueba en Lucano, donde llamaassí la naue de Amicles, l. 5. verso. 518: «Et latus inuersa nudum munita phaselo» («Ysu costado desnudo estaba protegido por una canoa invertida»). Y donde dice quePhasela fue la primera ciudad donde tomó puerto [f. 134 v.] Pompeyo quando fuenauegando a Egipto, l. 8. v. 250:
_________Te primum parua PhaseliMagnus addit49.(«Magno se dirige primero a ti, pequeña Faselis»)
Desta ziudad haçen mención Herod. en el fin de la Euterpe, Plin. l. 5. c. 27, Eutropioen el principio de el 6. l. de su epíthome, y otros muchos autores50. De estos nauíosHorat. l. 3 od. 2 al fin, y Jubenal en la sátira 15 vers. 127 expresamente nos repite aVirgº.:
Paruula fictilibus solitum dare vela phaselisEt breuibus pictae remis incumbere testae
(«Acostumbrado a izar minúsculas velas en chalupas de arcillaY a inclinarse sobre los cortos remos de un cascarón de barro pintado»).
48 [Al margen derecho del folio se lee] Ludovicus · / Cerda49 Ed. Lucano, vv. 251-252: parua Phaseli, / Magnus adit50 [Al margen izquierdo del folio se lee] Catuli / Phaseli / Laus / _______ / Naviculae / testaceae / _______ /
vid Calderini / com. 269 / _________
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donde trata de el Egypto y de estos mismos nauíos, en cuya explicación se prueba quelos egipcios que habitaban la tierra de Alexandría51 y el campo navegaban en ellos. DiceJuan52 Británico en su comento: «Tradit enim Strabo ad Canopia quedam solemniaingentem turbam53 per fossam ex Alexª. descendere, quae die ac nocte nauiculis plenaest, vbi ait tanta facilitate nauigari, ut scaphis etiam tectaceis utantur» (‘Pues cuentaEstrabón que una enorme muchedumbre baja por el regadío hacia unas fiestas deCanopo desde Alejandría, que día y noche está llena de pequeños navíos, donde dice quese navega con tanta facilidad que se sirven incluso de esquifes de barro’).
Que por ser Alexª. distante de el Canopo sólo 120 estadios, que son menos de çincoleguas, acostumbraban los de aquella ciudad venir caminando a pie hasta el puertodonde estaba el templo de Serapis, dios venerado en [f. 135] Egypto. En cuyaconformidad queda probado que Virgº. describió en estos tres versos la parte occidentalde el Egypto geográphica y literalmente, y que de esta tierra se entienden assí por losnombres propios con lo que expressa, como por ser estos campos donde se nauega enlos nauíos pintados quando los cubre la inundaçión de el río, en el qual vsan siemprenauegar los comarcanos en estos mismos phaselos.
Passa luego a describir la extremidad de esta provinçia por la parte oriental, cuyolímite es el puerto de Pelusio, donde entra en el Mediterráneo el mayor brazo de los sietede el Nilo, que diuide el Asia y el África estrechando el Isthmo que forman los dos maresMediterráneo y Vermejo. Esto comprehendió el Poeta en el 4 de estos versos: «Quaquepharetratae vicina Persidis urget» imitando en esta descripción a todos los autoresantiguos que pudieron guiarle en ella, los quales describieron esta región por el mismotérmino, passando desde el Canopo hasta el Pelusio, puertos de los dos brazos de el Niloque ponen límite a la tierra quedando en medio otros cinco.
Herod. en el l. 2: «Et alueus quidem ad auroram vergens, Pelussium ostium: alter advesperam54 tendens, Canopicum ostium nominator» (‘Y el lecho que se dirige hacia eloriente, la boca Pelusiaca: otro tiende a occidente, se llama boca canópica’). Diod. Sicul.l. 1. c. 3: «Profundiorem fluuium reddit ma- [f. 135v] ris ingressus, septem ostiis inpelagum delatum , horum primum ad orientem vergit, quod Pelusiacum vocant:secundum Tamticum, deinde Mendesicum Phatniticum, Sebeniticum, Bolbitinum:ultimum Canopicum»55 (‘La entrada del mar vuelve más profundo al río, llevado al marpor siete bocas, de las cuales la primera se dirige al oriente, a la cual llaman Pelusiaca; lasegunda, Támtica, después Mendésica, Fatnítica, Sebenítica, Bolbitina; la última, laCanópica’). Y Plin., más moderno, lo sigue en el l. 5. cap. 9. de el Asia: «Inferiorem eiuspartem Nilus dextra, leuaque diuisus amplexu suo, determinant Canopico ostio abAfrica, ab Asia Pelusiaco» (‘Su parte inferior la delimita el Nilo, dividido a derecha eizquierda por su propio meandro, con la boca Canópica de África y con la Pelusiaca deAsia’). Que ablasse de esta parte el poeta, y que en ella constriñe el Nilo las veçindades
51 Ms.: Alexa. En adelante no se desarrolla la abreviatura.52 Ms.: Juº. En adelante no se desarrolla la abreviatura.53 Ms: turban54 Ms: vesperan55 Diodoro Sículo, ed. 1511, f. XIIv: Profundiorem fluuium reddit maris ingressus, septem ostiis in pelagus
delatum, horum primum ad orientem uergit quod Pelusium uocant: secundum Paniticum. Deinde tertiumMendesium uocant: Phaeniticum, Sebenniticum, Bolbitinum. Ultimum Canopicum
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de Persia probaremos vastantemente, con que quedará entendido que no passó adescribir la Persia ni el río Yndo, sino esta parte de Egypto.
Pruébasse con evidençia en toda la geographía, como pareçe escrito y figurado en latabla 99 de Habrahán Hortelio, en Tholomeo y Jerardo Mercator —en que describen elÁfrica, el Egipto, y la Persia—, que el Nilo entra en el mar Mediterráneo inundando latierra de Egypto, en cuyo estremo haçen un isthmo tan estrecho que no tiene dos gradosde distançia el mar Mediterráneo y el mar Rubro, donde es vno de sus puertas el Pelusio(como está prouado); y aquí se dilata tanto que estrecha aquellas comarcas que sonvecindades de Persia. Describe [f. 136] Plin. este sitio con toda propiedad en el l. 6. cap.29. de su Natural Historia: «Gens Tyra: Daneon portus, ex quo navigabilem alueumproducere in Nilum, qua parte ad Delta dictum 620 pass. interuallo (quod inter flumenet Rubrum mare interest) primus omnium Sesostris Aegypti rex cogitauit: mox56 DariusPersarum ttzª.»57 (‘El pueblo tirio: puerto de Daneon desde el que Sesostris, rey deEgipto, fue el primero de todos en pensar en extender un lecho navegable hasta el Nilo,por la parte por la que hay un valle intermedio hasta el llamado Delta, de 620 pasos(que está entre el río y el mar Rojo’).
Esto refiere Diodoro Sículo con mayor claridad donde dice (l. 1. c. 3.) que Darío, reyde Persia, quisso encaminar el Nilo por una fossa desde el Pelussio hasta el senoArábico, y que la dexó imperfecta porque supo que el mar Rubro estaba más eminenteque el Egypto y podría inundarle: «Ab ostio Pelussiaco fossa est opere sumptuosso adArabicum sinum ac Rubrum mare ducta. Hanc primum a Nechao Sammatychi filio agicoeptam Darius Persarum rex58 aggressus imperfectam reliquit: admonitus a quibusdam,si locus inter iacens effoderetur fore utique Aegyptus omnis, cum mare Rubro essetdepressior, ab aquis mergeretur» (‘Desde la boca Pelusiaca hay una excavación de graningeniería que conduce hasta el golfo de Arabia y el mar Rojo. Esta comenzó a serrealizada por Necao, hijo de Samático, y cuando llegó Darío, rey de los persas, la dejósin concluir: advertido por alguno de que si excavase el lugar que está en el medio,sucedería que todo Egipto quedaría sumergido por las aguas, al ser más profundo que elmar Rojo’). De lo qual se prueba que el Nilo está tan vecino a estos mares que porcondutos muy breues se podía conducir a ellos, y que los reyes de Persia, como señoresde esta prouinçia, lo intentaron. Plin59. expressamente dice que su imperio se terminabaen el mar Rubro [f. 136v] menos de treinta leguas de el Pelussio: «Regna Parthorum duode viginti sunt omnia: ita enim diuidunt prouincias circa duo maria. Rubrum a meridieHyrcanum a septentrione» (‘Los reinos de los partos son en total dieciocho: pues asídividen sus provincias en torno a dos mares, el Rojo por el sur, el Hircano por el norte’).Amian. Marcelin., l. 23. de su histª.60, escribe en el imperio de los Persas la Asiria: «Suntautem omnes in Perside eae regiones maximae, quas vitaxe, idest magistri equitumcurant, et reges et satrape: Susiana, Media, Persis, Parthia…» («Ahora bien, hay en toda
56 Ms: max57 Plin. Nat. 6,52: gens Tyro, Daneon portus, ex quo nauigabilem alueum perducere in Nilum, qua parte
ad Delta dictum decurrit.... interuallo, quod inter flumen et rubrum mare interest, primus omnium SesostrisAegypti rex cogitauit, mox Darius Persarum...
58 Diodoro Sículo, ed. 1511, f. XIII: Persarum rex perficere aggressus59 Plin. Nat. 6,3860 Amian. Marcel., Historia, 23, 6, 14.
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Persia enormes regiones defendidas por “vitaxae”, que son comandantes de caballería,así como por reyes y sátrapas: Susiana, Media, Persis, Partia»). Y después de muchasque nombra, prosigue61: «Citra omnes propinqua est nobilis62 Assiria celebritate etmagnitudine, et multiformi feracitate ditissima: quae per populos, pagosque amplosdiffussa quondam, et copiossa ad vnum concessit vocabulum, et tunc omnis appellaturSyria» («La que se encuentra más cercana a nosotros es Asiria, sumamente rica por sunumerosa población, su tamaño y sus variados y abundantes recursos. Esta provinciaestaba formada por amplios pueblos y aldeas, muy habitados en otro tiempo, aunquepoco a poco se unieron con un solo nombre y, ahora, se denomina Asiria»). Escusadoserá decir, si la Siria era contenida en la Persia, que constriñe sus vecindades el Nilo,pues es tan conocida verdad que será culpable la prueba. Plin., por sentencia de Agripa,testifica en otra parte que estas prouinçias se terminaban en el mar Vermejo: «Namqueis Mediam, et Partiam, et Persidem ab Oriente Yndo, ab Occidente Tigri, a SeptentrioneTauro, Caucasso a Meridie Rubro mari terminatus patere ettzª.» (‘Ya que este seextiende a Media, y Partia y Persia, delimitado por Oriente por el Indo, por Occidentepor el Tigris, por el Norte por el Tauro, por el Sur por el mar Rojo’). Y Damasco,ciudad de Siria, fue siempre contenida en el reyno de Persia, y después Strab. la [f. 137]puso por vecina a sus regiones en el l. 16: «Damascus vrbs est insignis fere omniumnobillissima, quae in ea sunt regione Persiae vicina63» (‘Damasco es una ciudaddestacada, casi la más conocida de todas las que están en esa región vecina de Persia’).¿Qué duda queda en Virgº. si dixo de este Isthmo y de este río: Vicina Persidis urget? . Aque no se puede oponer que se interpone el Arabia entre su curso y la Persia, porquetomando la latitud desde el Pelussio, queda inferior el Arabia entre los senos Pérsico yVermejo. Y para más comprobación de la verdad con que escribió Virgº., se ha deadvertir que, contando en orden las siete vocas de el Nilo, es la primera el Canopo y laséptima el Pelussio, donde el mayor braço de todos es sufiçiente a constreñir64 la tierra.Todo lo expressa Lucano en el l. 8. vers. 465, donde, antes de llegar a esta parte deArabia, refiere que Ponpeyo llegó nauegando a Egypto:
Infirmaque Aegypti pugnaci littora velovix tetigit, qua diuidui pars maxima Niliin vada discurrit Pelussia septimus amnis
(«Sino que a duras penas y en lucha con las velas arribó al bajo litoral de Egipto en el punto enque el séptimo brazo, el más grande del bifurcado Nilo, penetra en los bajos de Peluso»).
De suerte que, describiendo la tierra donde este gran curso de el Nilo se dilata en lasvecindades de Persia (que son las que hemos probado), dixo con gran propiedad que lasconstreñía o apretaba supuesto que abló por períphrasis, poética y eroicamente, mas tanconforme [f. 137v] a la verdad que en nada se a de suplir para entenderlo.
El «Pharetratae Persidis» no explico, porque entre tantas dificultades inaccesibles noes justo detenerme en lo que por sí es notorio y no necessita de poner en ello atención; y
61 Amian. Marcel., Historia, 23, 6, 15.62 El texto de la traducción utilizada sigue una lectura nobis, en lugar del nobilis que refleja el manuscrito.63 [Al margen derecho del folio 137 se lee] Pag. 567. [Al margen derecho de ese mismo folio] Pag. 499.64 Ms.: constrenir
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seré en esto el primero que, exponiendo algún autor, aya elegido lo difícil que tiene paraexplicarlo. Y dexando lo común sin haçer comento en ello, sólo advierto para estauecindad que Claud., en la epig. Nilus65, describiendo las gentes que beben dél escribe:
Et gens compositis crinen uelata sagitis.(‘Y el pueblo que cubría sus cabellos con adorno de flechas’)
Después de auer descripto los extremos de esta prouinçia, passa a describir loscampos en que se termina por la parte de Ethiopía, que están dilatados desde lascataratas de el Nilo hasta la ziudad de Memphis y se continúan por la ribera de el río,donde corre sin diuertirse todo el caudal de sus aguas. Deste sitio dice Diod. Sicul. (l. 1.cap. 3)66: «Catharactae plures sunt, sed maxima in Ethiopia, atque Aegypti finibus sita»(‘Las cataratas son muchas, pero las mayores se encuentran en Etiopía y en los confinesde Egipto’); porque despeñado este río de aquellas rocas, se estrecha entre unos montesque le impiden correr por Libia y, saliendo de este límite, se dilata y difunde en loscampos de [f. 138] Memphis, inundando la tierra su corriente y haciendo fértiles yabundantes aquellas vegas. Assí lo expressa Lucano, perfecto historiador de este distrito(l. 10 vers. 330):
Hinc montes67 natura vagis circundedit undisQui Libiae te, Nile, negant: quod inter ut alta68
In conualle iacens stat molibus unda receptis69
Prima tibi campos permittit, apertaque MemphisRura, modumque; uetat crescendi ponere ripas.
(«Más allá la naturaleza puso unos montes en torno a las errabundas aguas para impedirte, ohNilo, tocar la Libia; entre estas montañas el río fluye tranquilo y silencioso a través de unprofundo valle. Menfis es la primera que te ofrece las llanuras y te abre los campos e impide atus riberas que pongan límite a tus desbordamientos»).
Estas tierras describe Virgº. en el 5 de estos versos, donde, dilatado el Nilo, fecundacon el limo de sus aguas los campos más amenos de Egypto: «Et viridem Aegyptumnigra foecundat arena». Fueran inaccessibles a mi juiçio los seis versos que quedanquitando éste, que es el que con más propiedad declara el intento de Virgº. y que máslegítimamente tiene aquí su lugar debido; porque para describir esta parte de el Egypto,no puede vsar el poeta de términos más propios y naturales que, como saliendo este ríode lo estrecho de aquellos montes, se dilata y esparçe tanto en estas tierras. Describiolaslegítimamente imitando a Diod. Sicul. y siguiendo la verdad histórica, a quien siguió70
Luc. o copió sus proprias voçes en el lugar citado:
65 Se cita el verso 23 del poema de Claudiano dedicado al Nilo, que en las ediciones presenta la variantecrinem
66 [Al margen izquierdo del folio 137 v se lee] Pag. 14. / Diod. L. 1. cap. / 3. pag. 16 quo / niam autem /plurima cura / molestiaque / urgebat ac- / colas Nili in / nundatio, ex / cogitata est / in Memphi / quaedam in /cremento* / [fol. 138, margen derecho] mensurandi / a Regibus / obseruatio.
67 La e de montes parece corregida sobre una i.68 Ed. Lucano: in alta69 Ed. Lucano: it conualle…70 Ms: sigui
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«Sunt omnes ab vtraque fluui parte protensi conuallibus et angustis praecipitiisinteriectis: in qua magno impetu lapsus, rursus tanquam vi repulsus per campos funditurad meridiem spectans [f. 138v] vsque ad locum Efficanum nomine: et naturale mdeinceps repetit cursum» (‘Todos se extienden desde una y otra parte del río, con vallesy angostos precipicios que se meten por el medio: cayendo con gran impulso en él, y denuevo, como violentamente rechazado, se esparce por los campos mirando hacia el surhasta el lugar de nombre Eficano: y desde ahí toma de nuevo su curso natural’). Aquí esdonde el Nilo fecunda el Egypto con su inundaçión, y el lugar que describe el poeta,porque en toda razón cabe que donde es mayor la corriente a causa de no estar diuididay de ser los campos abiertos, será adonde este río fecunde más la prouinçia, no conarena negra, sino con limo; que si con este rigor literal se leyesen los poetas —y aun losotros autores— allaríamos gran confusión y grandes yerros en ellos. Mas ¿quién niega alos poetas ni aun a los oradores el vso de las metáphoras, methonimias, sinéchdoches, ylas demás que enseña la rectórica para exornar71 y haçer la oraçión más illustre? Vaste,pues, decir que Virgº. vsó aquí la methonimia llamando arena el limo de las aguas de elNilo, como dixo en el 2 Eneid.72: «Vulcano superante domus _______Vcalegon»73 («Yala espaciosa casa de Deífobo se derrumba envuelta en llamas, ya próxima a ella arde lade Ucalegonte»)74, llamando Vulcano al fuego. Que por traer la creçiente del Nilo tantolimo mezclado en sus aguas, el qual dexa las tierras mullidas y esponxadas de suerte quefertiliça75 con él los campos que inunda, dixo el poeta que los fecundaba con negraarena, no porque el arena fecunde ni para que se entendiesse literalmente, pues en sunaturaleza era imposible ser fecunda ni deçir él que lo era, auiendo dicho:
[f. 139] Quid dicam, iacto qui semine comminus aruaInsequitur, cumulosque ruit male pinguis arenae?76
(«¿Qué diré del que, tras echar la simiente, sigue aferrado a su campoallanando los montones de arena estéril?»)
Llamó negra arena al limo que viene en la inundación de este río, a quien llamaronlos antiguos negro por la obscuridad de sus aguas. Solin.77, en el cap. 42 y 44, que el ríonegro que naçe de el monte Adlante en la Mauritania inferior, vecino al Occéano, es dequien naçe el Nilo; y Plin., en el l. 8. cap. 2178: «Apud Hesperios Aethiopas fons estnigris, vt plurique existimauere Nili caput» (‘Entre los etíopes hesperios hay una fuentenegra, según muchos consideran, el nacimiento del Nilo’); y en el l. 5. cap. 1., que a este
71 Ms: e- / exornar.72 Eneid. 2, 311. Ed. Mynors: Volcano superante domus; iam proxumus ardet / Ucalegon; Sigea igni freta
lata relucent.73 La línea en el manuscrito sustituye al resto del verso, que puede leerse en la nota anterior.74 Tanto esta como otras traducciones consultadas coinciden en ver en Vulcano un símbolo de las llamas.75 Ms.: fertilica76 Georg. 1, 104-105.77 Gaius Iulius Solinus, autor del siglo IV que escribió una compilación de saberes y curiosidades
geográficas y naturales conocida por los nombres de De mirabilius mundi, Collectanea rerum memorabilium yPolyhistor.
78 Plin. Nat. 8, 35
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río le llamaron negro porque corre en disiertos de negro polbo: «Decumis se eo79
peruenisse castris, et vltra ad fluuium, qui niger uocatur per solitudines nigri pulueris80»(‘Y llegaron allí después de diez días; y aún más allá, al río que se llama negro, a travésde los desiertos de negro polvo’).
Este polbo, a quien Plin. llamó negro, llamó negra arena Virg. no ya como polboseco, sino como limo mezclado en las aguas de el Nilo. Y Hom. llamó negra fuente alagua çenagossa o turbia conduçida por las tierras (Illiad., 21):
Sicut autem quando vir aquae ductor a fonte nigroPer plateas et hortos aquae flumen deducit.(‘Como cuando el regante desde la fuente negra/lleva la corriente de agua por entre plazas y huertas’).
César, en sus comentarios, l. 1 de Bell. Alex., dice del agua de este río: «Namqueflumine Nilo fertur adest limossa atque turbida81» («Pues la que lleva el río Nilo es tancenagosa y turbia»). Y en el texto sagrado consta lo mesmo donde se lee en Ierem. 2 [f.139v]: «Et nunc quid tibi vis in via Aegypti, ut bibas aquam turbidam?» (‘Y ahora ¿quées lo que quieres en el camino de Egipto? ¿Beber agua turbia?’) Por lo qual fue llamadoSihor, hoc est niger, turbidus, Nilus; 1 Paral. c. 13: «Congregauit ergo Dauid cunctumIsrael a Sihor Aegypti vsque ingrediaris Emath*82» (‘Así que David reunió a todo Israel,desde Sihor de Egipto hasta que entras en Emath’).
Expressamente nos declara y comprueba el intento de Virgº. Herod. en el l. 2, cuyaautoridad pareçe que fue scripta en defensa suya. Y estimo por buena suerte auerla yodescubierto quando se auía ocultado a tantos ojos. Dice hablando de el Nilo y deEgypto: «Preterea regionem hanc nulli alteri conterminem aut Arabiae aut Libiaeassimilem esse: sed nigram terram et fragilem habere utpote limo ex allubionibus abAethiopia flumine devecto» (‘Por lo demás, esta región fronteriza no se parece a ningunaotra, ni a Arabia ni a Libia, sino que tiene una tierra negra y quebradiza, como del limoarrastrado por los aluviones del río desde Etiopía’).
A cuya imitaçion dixo Virgº. «nigra foecundat arena», no porque las arenas de elNilo sean negras, sino porque lo es el limo que traen sus aguas, con el qual fertiliça lastierras. En cuyas palabras no sólo imitó a Herod., mas copió a Diodoro Sículo, que todolo descubre la atención y lo consigue el cuydado. Dice en el l. 1 cap. 3.: «Nilus etiamleniter fluens cum multam, variamque terram secum ferat, quibusdam in locis humilibuspaulum stagnans regionem fructiferam, fertilemque efficit83». Et paulo post:«Incrementum eius a solstitio incipiens aestiuo [f. 140] vsque ad aequinoctium,
79 Ms: seco80 Plin. Nat. 5, 5: Decumis se eo peruenisse castris, et ultra ad fluuium, qui ger uocatur, per solitudines
nigri pulueris. Según Forcellini, 1940, existe confusión entre el nombre verdadero del río Ger y Niger, comoprueba el pasaje de Plinio.
81 Caes. De bell. Alex. 5: Nam quae flumine Nilo fertur adeo est limosa ac turbida ut multos uariosquemorbos efficiat
82 [En el margen izquierdo, precedido de un asterisco que lleva a otro situado en este lugar del texto, se leelo siguiente]* Iacobi Maussaci in / not. super Plut. / Libell. de fluuiorum / pag. 291 quia / vero Nili aquae /nigrae et turbidae / sunt, ideo Hebrei / eum nigrum / appellarunt.
83 Diodoro Sículo, ed. 1511, f. XIII: effecit
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semperque nouum limum secum vehens84, rigat tum cultas regiones, tum incultas,quanto tempore velint agricolae» (‘El Nilo incluso, al fluir mansamente y llevar consigomucha tierra y variada, se estanca un poco en algunos lugares llanos y convierte a laregión en fructífera y fértil’. Y poco después: ‘su crecida, comenzando en el solsticio deverano hasta el equinoccio y arrastrando consigo siempre nuevo limo, riega tanto lasregiones cultivadas como las incultas durante el tiempo que quieran los agricultores’).
Es tanto lo que inunda las tierras de Egipto este río, y el limo con que las cubre, quelos que trataron de imbestigar el prinçipio de la geometría se le atribuyeron a losegipcios85, diçiendo que, como cubría los campos y çegaba los límites de ellos con ellimo, haçían controversias entre los dueños de ellas sobre el conoçimiento de suspossesiones, y que para obrarlas fue imbentada la medida, con la qual separaban yconoçían los campos aunque estubiessen los límites cubiertos con el limo. AurelioCasiodoro lo expressa en su compendio de la Geometría: «Quamuis sint auctores, quimalint Aegyptiis donare huius artis inuentum, propter erundantem Nilum, qui cum sicoblimaret agros exundans, ut de finibus orirentur controuersiae, certam rationem initamfuisse, qua vel remotis terminis, vel limo obductis possit quisque quantum possidissetante comprehendere» (‘Aunque haya autores que prefieran otorgar a los egipcios lainvención de esta técnica, a causa del desbordamiento del Nilo, el cual, como llena delimo los campos al desbordarse de modo que surgen discusiones acerca de las lindes,surgió una medida precisa según la cual, fuera por haber sido movidos los marcos, seaporque fueron sepultados por el limo, cada quien pudiera conocer lo que había poseídoantes’).
De que se infiere que es tanta la arena y tierra que ba mezclada en la corriente de elNilo, que es sufiçiente a que se desconozcan los campos y se valgan de la medida paraposeerlos después, en lo qual fundó el poeta deçir que los fertiliza con negra arena, si noparece remoto llamar arena a la tierra, [f. 140v] al limo y a la misma arena que precissay naturalmente va siempre mezclada en las aguas, y más en los ríos que inundan. De quenaçe que vemos tan comúnmente cegar los grandes ríos y aun los arroyos las puentespor donde passan con las arenas que lleban. Paul. Oros., l. 1, c. 2 de su histª., escribe delNilo: «Hunc aliqui auctores ferunt aut procul ab Atlante habere frontem, et continuoarenis mergit86» («Algunos autores sostienen que nace cerca del Atlas y que luego sesumerge debajo de las arenas»). Pausan. l. 1, pag. 42: «Hic vero non paucis in montemvenit, ex qua illa, quae ex arenis iterum prorrumpit, Aegyptiisque oriri Nilum» (‘Peroeste según no pocos llega a la montaña, de donde aquella que de nuevo emerge de entrelas arenas, y nace el Nilo para los egipcios’).
En el sexto vers. describe toda la tierra intermedia a las siete vocas de el Nilo,tomando latitud desde la primera a la séptima, porque con demonstración se ha vistoque en los 5. vers. primeros a descripto los campos que estan dilatados fuera de ellos; yassí, en éste a contenido todas las tierras inclusas entre sus aguas:
Et diuersa ruens septem discurrit in ora.
84 Diodoro Sículo, ed. 1511: querens85 Ms: egipcion86 Ed. Orosio 1, 2, 29: hunc aliqui auctores ferunt haud procul ab Athlante habere fontem et continuo
harenis mergi
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Cuya sentencia repite el mesmo autor en el 6 de la Eneid., vers. 42387.
Et septemgemini turbant trepida ostia Nili.(«Y se turban temblorosas las bocas del Nilo de siete brazos»)
Fue tan çierta esta opinión entre los antiguos, quanto lo es la verdad de que se dilataeste río por siete vocas. Assí lo testifican quantos tratan dél. Catull. ode. Ad. Aurelium,et Furium: «siue quae [f. 141] septingeminus colorat ~ Aequora Nilus88» («o las aguasque el Nilo, dividido en siete, colorea»).
Lo mismo refieren Val. Flaco, l. 8. Argonau. vers. 90; Stat., l. 8. Theb.; Claud., epig.Nil., y Escordia l. 1., cap. 489. Y si alguno de los autores escribió lo mismo de el Yndo,como quiere el Pe. Juan Luis, çierto que padeçió engaño, pues se sabe con euidençia queno tiene más de dos, en vna de las quales tienen oy los lusitanos la fortaleza de Diu. Yassí lo conçede él mismo donde diçe: «Sed esto, non vere sint septem ostia, potuit certepoeta duci opinione antiquorum, presertim in amne longe dissito. Quid quod potuitcertum numerum exhibere pro incerto» (‘Pero sea que realmente no haya siete bocas:pudo el poeta, ciertamente, guiarse por la opinión de los antiguos, sobre todo en un ríotan remoto. ¿Y qué pasa si pudo dar un número verdadero en lugar de uno falso?’). Mas¿quién aurá que conceda sin dificultad que Virgº., auiendo descripto el Nilo y la tierrade Egypto donde discurre con estas siete vocas, dexasse esta descripçión en la partemenos çierta y passase a describir la Persia por donde la termina el Yndo (que es90 laparte de el Oriente donde está la Yndia que llaman extra Gangem, 800 leguas distantede el Egipto), y que las vocas de el río, que a descripto por su nombre, ayan deentenderse de el Yndo, que no las tiene? Y aunque las tubiesse también, ni parezepossible ni91 conveniente que juntasse estas descripçiones. Y que en esta parte tratassesólo de la prouinçia de el Egypto pareze demonstraçión, porque en el vers. [f. 141v]siguiente a estos siete —que de industria dexa sin exposiçión el Pe. Juan Luis,conoçiendo que en él se verificaba el intento de el autor contra la declaraçión de los seisantecedentes— dice Virgº.: Omnis 92 in hac certam regio iacit arte salutem («Toda estaregión deposita su esperanza de segura salvación en este arte»)93.
Donde limita ser sola vna región la que describe poniéndola en singular, y diciendoque todos los que la auitan restauraron el arte de las auejas. Y el mesmo expositor diçeen la explicaçión antes de la nota: «Ergo scripturus poeta artem, qua ex caesso boue,apes reparantur, primo locum describit, vbi ars haec initium habuit. Y no obstante quepueda leerse: omnis regio Aegyptia, omnis regio Persica ponit in arte caessi uobis certamsalutem reparandi mellis» (‘toda la región de Egipto, toda la región de Persia establece
87 Eneid., v. 800.88 Ed. Catulo, v. 11: sive quae septemgeminus colorat / aequora Nilus89 Valerius Flaccus, Argonautica; Publius Papinius Statius, Thebaida; Claudius Claudianus, epigrama
«Nilus». A estos autores clásicos se añade Giovani Baptista Scortia: De natura et incremento Nili, primeraedición en Lyon, Horace Cardon, 1617.
90 Ms.: ques91 Ms.: no92 Ms.: omnes93 Georg. 4, 281.
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en la técnica del buey muerto la solución segura para recuperar la miel’). Pues auiendo elpoeta descripto la tierra de el Egypto en estos versos, prosigue94 luego:
Omnis regio iacit certam salutem in hac arte
Y alterar o hacer violenta constructión para darla nuebo sentido no es el mayorlustre del que comenta, sino indicio de que presume la inteligençia del lugar. Y assí, laresoluçión de quitar este verso entero a Virgº., siendo de los mejores de la Georg. y másdebido al intento, sólo pudo permitirse a la autoridad y doctrina de tan erudito varón.
El vltimo de estos versos no es descripción de [f. 142] otra parte de el Egypto, sinoepílogo ingenioso de las que a descripto arriba, pues, auiéndolas expressado, añadeluego:
Vsque coloratis amnis devexus ab Indis
epilogando lo escripto en la vnión de los dos últimos versos, y tomando los dosextremos de la tierra que describe, desde donde el Nilo discurre por siete vocas y entraen el mar, hasta donde vaja de los ethíopes; de suerte que se a de leer: ~ Vsque ab Yndiscoloratis amnis devexus, porque el vsque muchas vezes significa el mouimiento de ellugar y nos lleba a ablatibo; como en Tul. l. 2. de natura Deorum95: Vsque a Thalemeenumerasti sententias philosophorum 96 (‘Enumeraste las sentencias de los filósofos desdeTales’). No porque Virgº. entendiesse que uaxaba de la India el Nilo ni quisiesse tratarde su origen, sino de aquella parte de la Ethiopía donde se despeña en las cataractas yentra en los confines de Egypto. Ni puede presumirse que tratasse aquí de sus fuentes,pues sabemos que todos los antiguos ignoraron su naçimiento97, opinando que la tórridazona no se auitaba; y assí no era conoçida ni descripta aquella parte de mundo, por loqual no pudieron alcançar noticia de su principio, aunque muchas naciones lo desearon.Luc. l. 10. vers. 268: «Quae tibi noscendi Nilum Romane cupido est: Haec Phariis,Persisque fuit: Macedonumque tiranis98» («El deseo que tú tienes, romano, de conocer elNilo lo tuvieron también los reyes de Faros, de Persia y de Macedonia»). Claud. Epig.Nilus. vers. 11. lo repite, y lo mes [f. 142v] mo se pr(u)eba99 en Tib., l. 1 eleg. 8, vers.25; Orat., l. 4 od. 14 vers. 45.; Obid., l. 2. Meth., vers. 254; Procopio, lib. 1. De rebusgotorum; Juan100 Baptista Scorcia, l. 1. De natura Nili, cap. 2. Esta ignoranciaforçossa101 dio lugar a diuersas opiniones de su principio, las quales refiere el mesmoJuº. Bapta. Scorc. en el lib. 1. c. citato; mas no fue en esta parte comprehendido Virgº., elqual no dixo que el Nilo vaxaba de los Yndios —como lo entiende el común y, con él, elPe. Juº. Luis explicando aquí el Indis por los Yndios de la Yndia Oriental—, porque el
94 Ms: prosigui95 Ed. Cic., Nat. Deor. 1, 91: Etenim enumerasti memoriter et copiose, ut mihi quidem admirari luberet in
homine esse Romano tantam scientiam, usque a Thale Milesio de deorum natura philosophorum sententias96 [En el margen derecho del f. 142, se lee lo siguiente] tom. 4 / pag. 289.97 [En el margen derecho del f. 142, se lee lo siguiente] Veasse el / lug de Her. / pag 1098 Ed. Lucano 10, 269: et Phariis Persisque fuit Macetumque tyrannis99 Ms.: preba100 Ms.: Juº.101 Ms.: forcossa
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poeta llamó indios colorados a los ethíopes de cuya tierra vaxa el Nilo a los egypcios, loqual es verdad euidente que no necessita de nueba comprobación.
Que la Ethiopía fuesse llamada Yndia de los antiguos Yndios, sus auitadores, seprueba debidamente en muchas auctoridades que no admiten ninguna duda: Higino, ensu mithología, c. 275, cuyo titulo es Oppida qui quae condiderunt («quienes fundaronqué ciudades»), empieza en estas palabras: «Iouis in India Thebas Thebaidas102 nomineNutricis suae: quae Hecatompylae appellantur, ideo quod centum portas habent»(«Júpiter, en la India, Tebas, por el nombre de su nodriza Tebaide. La llamaronHecatómpylae porque tiene cien puertas»); lo qual explica en sus Aduer(s)ar(io)um103
Turnebo en este mismo sentido104: «Hic Higinus Indiam etiam appellauit superioremAegyptum Ethiopie finitimam, in qua erant Thebae» (‘Aquí Higino llamó también Indiaal Egipto superior, fronterizo con Etiopía, en el que estaba Tebas’). Plin., l. 5. c. 9.105: [f.143] «Summa pars contermina Ethiopiae Thebais vocatur106» (‘La parte superior,fronteriza con Etiopía, se llama Tebas’). El mismo Higinio, l. 2. De signorum caelestium,escribe:
«Omnis eo terrore Aegyptus et Indi» (‘Todo Egipto y los indos bajo ese terror’); encuya explicaçión dice Turneb. en el lugar çitado: «Animadverti enim nomine Indiaeantiquos latissime esse abussos ut Ethiopes etiam eo significarent» (‘Advierto que losantiguos abusaron ampliamente del nombre de India, hasta el punto de que con élincluso entendieron a los etíopes’): vt 4 Georg.:
Vsque coloratis amnis devexus ab Indis,
donde zita este vers. en comprobación de que llamaron indios a los ethíopes, suponiendopor llana verdad que fue éste el intento de Virgº. Mas para añadir fuerça a fuerça, veasseexpressada en Higino, más que en los lugares çitados, en el que no vio Turnebo quandonecessitaba tanto de él. Dice en el cap. 154 de su Mytho., donde escribe la fabula dePhaetón: «Indi autem quod calore vicini ignis sanguis in atrum colorem versus est, nigrisunt facti» («Los indos, en cambio, se volvieron negros porque a causa del calor delfuego tan cercano, la sangre se les volvió de color negro»). Nadie puede dudar que estosyndios son los ethíopes, pues todos saben que la antiguedad, siguiendo la fábula queescribe Higino en este capítulo, tubo por opinión asentada y común a todos los autoresque los ethíopes quedaron negros quando el sol, despeñado de el çielo por Phaetón, losabrasó con sus rayos. Las palabras de Higino son de Obidio l. 2. Meth. vers. 235:
[f. 143v] Sanguine tum credunt in corpora summa vocato,Aethiopum populos nigrum traxisse colorem.
(«Se cree que entonces los pueblos de Etiopía adquirieron el color negro a consecuencia de quela sangre subió a la superficie del cuerpo»).
102 Ed. Hyg., Fabulae 275: Thebaidos103 Ms.: aduerarum. Se refiere a la obra de Adrien Turnèbe (Turnebus o Turnebo) Adversariorum libri
XXX, Paris, 1564, 1565 y 1573.104 [En el margen derecho del f. 142v, se lee lo siguiente] l. 21 cap. / 9. pag. 417105 Ed. Plin. Nat. 5, 16: Summa pars contermina Aethiopiae Thebais vocatur106 [En el margen derecho se lee] pag. 59 / r. 35
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De estos yndios abló Virgº., de cuya región vaja el Nilo a los campos de Egypto,como esta probado; y assí dixo «Devexus ab Indis» con toda propiedad y elegançia.
Conforme a esta verdad, queda entendido que el coloratis significa negros, lo qual notiene duda ni incombeniente; y assí lo explica Seruio en este sentido, a quien remito sucomprobaçión por no dilatarme más en lo que es tan euidente.
Creo queda satisfecha la duda que tantos oponen a el poeta de que no vaxa el Nilode los yndios a Egypto, pues vaxa de la Ethiopía. Vide Pausan., l. 5 p. 193, de quienabla en este lugar confor a la Geographía, como pareze en las tablas que hemos çitado.
Sigue a nuestra exposición de todo el lugar la objeción que pone a Virgº. el Pe. JuanLuis donde diçe (como perfecto rectórico) que la descriptión periphrástica debe carezerde el nombre de la cosa descripta, pues, entendida por el períphrasis, es superfluo elnombre de ella. Creo está satisfecha esta duda donde probamos no ser in totumperiphrastica su descripçión [f. 144], si vien vsó de algunos períphrasis en ella, mas notales que la constituyan en este género de suerte que tenga lugar en ella la objeçión;porque si el poeta hubiera querido describir el Egypto por algún períphrasis con que seentendiesse toda la región, era sufiçiente qualquiera de estos cinco versos quitando elquarto y el séptimo; mas quisso describirla por sus partes siguiendo el modo que hemosvisto, con el qual queda descripta la probinçia geográphica y poéticamente. Y para másclara inteligencia, se puede ver figurado en este mapa con la posiçión de las prouincias,mares y tierras como las tienen todos los auctores clásicos de esta facultad.
Desta suerte hiço107 Virgº. la descripción, en cuya conformidad se verá en todos losmapas, assí antiguos como modernos. Y para más comprobazión de lo que hemosprobado, donde se manifiesta la propiedad con que el poeta describió el Egypto,describiremos a España siguiendo su imitaçión, y podrá juzgarse si en ella ay algunaobjeçión o duda a que procuremos satisfaçer:
Restauraron los españoles la tierra que se dilata por la parte occidental, inclinado alseptentrión, desde el cabo de Finis terrae (y las Asturias de Obiedo) hasta el reyno deLeón, y por donde riega [f. 144v] el Tajo las tierras de la fértil España vaxando de lastierras de Cuenca, y discurre hasta el occéano dilatándosse en Lusitania a la parteoccidental. Adquirida ésta, conquistaron las tierras de Andaluzía, en que se remataEspaña a la parte meridional; los reynos de Valencia y Cataluña, que la terminan por eloriente; y los de Nauarra y Vizcaya, a quien diuiden los montes Pirineos de la prouinçiade Françia. Y aunque es fuerça diferençiarse esta descripçión de la que hiço108 el poeta,porque aquella prouinçia la vaña y atrabiessa todo el Nilo, y assí puede describirse porsu curso, mas a España no la corta ni riega todo vn río, a cuya causa es necessario dexarel Tajo y describir de otra suerte las partes donde llega; mas por la similitud de el modopuede verse hesta descripta con propiedad. Y si diçiendo que fue conquistada la tierradonde el Tajo riega a España, se entenderá necesariamente desde Cuenca, donde naçetodo el reyno de Toledo, e Campo de Calatraua, Alcántara y Portugal, sin que sea estorepetiçión viçiossa de lo que está ya entendido con las demás descripçiones, supuestoque por ellas no se entendía esta parte, y ésta no repite las otras.
107 Ms.: hico108 Ms.: hico
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Assí vemos en el texto sagrado esta misma forma de descripçión de el Egypto, dondeescribe109 [f. 145] Ierem.: «Dixit Dominus ecce ego visitabo super tumultum110
Alexandriae, et super Pharaonem, et super Aegyptum» (‘Dijo el Señor: castigaré eltumulto de Alejandría, y al Faraón, y a sus dioses’). Assí empeçó Virgº. por la parte deAlexª. y, después de nombrar las otras, nombró a Egypto. Y como diçe el Propheta: «etsuper Pharaonem, et super Aegyptum», dice Virgº.: «et diuersa ruens, et viridemAegyptum», auiendo ya nombrado Alexª.; donde no se puede oponer que ay repetiçiónsuperflua en poner el nombre de Egypto después de auer nombrado a Alexª. y pharaón,supuesto que por qualquiera de ellos se entendía todo aquel reyno; mas estaaumentazión admirable es para significar no sólo aquella prouinçia, sino conexpecialidad necessaria sus partes distintamente, y después el todo.
He deseado alcançar el motiuo que a guiado a los expositores a quitar este verso aVirgº., pues nombrando en él a Egypto —cuyas tierras fecunda el Nilo, a quien antesauía nombrado— pareçe conueniente y aun necessario que éste rixa a los demás versos.Y quando se quissiesen interpraetar de la Persia los otros tres, vastaría poner éste, que esel 5, donde está el 4, y que los quatro se entendiessen de Egypto; mas la expulsión deeste verso ni façilita la inteligencia de los que quedan, ni se puede excussar de serviolençia. Creo satisfará nuestra exposiçión a quien viere atentamente [f. 145v] lasverdades en que lo fundo y las autoridades que la prueban, que sin alterar la collocaçiónde los versos ni haçer alguna violençia en su constructión pareçe están explicadoslegítimamente, cuyo azierto a mereçido attençión con que he deseado resoluer lasdificultades que tan graues expositores han reusado explicar. Que si el intento sólocalifica al que emprende honrrossas empressas, alguna estimación pide el deseo deconseguir la que tantos juzgaron inaccessible.
Es vltima conclusión de mi discurso que Virgº. describió en estos versos toda laprouinçia de Egypto en la qual fue restaurado el vso de las auejas, y que no trató de laPersia ni del Yndo, lo qual se prueba con demonstraçión (demás de lo que hemos visto)en que, siguiendo el Poeta la narraçión de la fábula de Aristeo, diçe que quando sequexó a su Madre Çirene de la ynfeliçidad de sus sucesos y ruina de sus colmenas,después de auer echo con ellas sacrifiçios a Neptuno le dixo que consultasse a Proteo,dios marino que auitaba en el mar de Egypto, el qual, consultado, le dixo la causa de susadversidades, y después le enseñó su madre el modo de restaurar las enjambres [f. 146]perdidas; lo qual expecifica el Poeta que fue en Arcadia, sin que en esto pueda aueropinión dudossa, pues dice que de los toros y nouillos de Aristeo que paçían en el monteLiceo, después de sacrificados, naçieron y se recuperaron las auejas.
Quattuor111 eximios praestanti corpore tauros,Qui tibi nunc viridis depascunt summa Lycaei,Dilige112, et intacta totidem ceruice iubencas.
(«Escoge cuatro espléndidos toros de incomparable estampa de esos que tienes ahora paciendopor las cimas del verde Liceo y otras tantas novillas cuya cerviz no haya sufrido el yugo»)
109 [En el margen derecho del f. 144v se lee] cap. 46. n. / 25. pag. / 731110 Ms.: tumulum; Ierem. 46, 25. Ed. Vulgata: tumultum111 Ms.: Quartuor112 Georg. 4, 540. Ed. Mynors: delige
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Y luego describe el efecto 12 vers. antes de el fin113:
Hic vero subitum ac dictu mirabile monstrumAspiciunt: liquefacta boum per viscera totoStridere apes vtero, et ruptis efferuere costisInmensasque trahi nubes.
(«Y en ese momento es dado asistir a la ejecución de un repentino prodigio cuya narraciónmaravilla: de las entrañas liquefactas de las reses, por la extensión toda de sus vientres se vaalzando un zumbido de abejas que escapan en tropel, a borbotones, por las costillas rotas, quese elevan formando inmensas nubes»)
Y supuesto que fue allada en Arcadia la inuención de este arte, es cierto que laperfectión y vso de él fue en Egypto, donde le continuaron desde el tiempo de Aristeohasta el en que escribió Virgº., porque la auitación de el Dios Proteo donde fue Aristeoenseñado del modo con que auía de restaurarlas era en el mar de Egypto, como loescribe claramente el Poeta114:
Est in Carpathio Neptuni gurgite vatesCaeruleus Proteus.
(«Hay en el abismo carpático de Neptuno un adivino, el cerúleo Proteo»)
Que fueesse este mar Carpatio el Mediterráneo de Egypto donde entran las siete vocasde el Nilo, llamado assí de la ysla Cárpathos, ningún autor lo a dudado. Plin. loexpressa, l. 4. c. 12. pág. 49. ver. 47, [f. 146v] donde dice quánto dista de Olymna115:
A qua Carpathum, quae nomen Carpathio maridedit XXV.M. passuum.
(‘Desde la que Cárpato, que dio nombre al mar Carpatio, 25 mil pasos’).
Vicencio Cartario, en sus imágenes de los diosses, título de Neptuno, le nombra señor deesta ysla y de este mar.
Hijino en sus fábulas, cap. 118, pone a Protheo en el Egypto: «In Aegypto Proteussenex marinus diuinus dicitur fuisse, qui in omnes figuras conuertere solitus erat116»(«Se dice que en Egipto vivía el anciano Proteo, divinidad marina que acostumbraba ametamorfosearse en todo tipo de figuras»).
Natal. Comite, Mithol. l. 1. c. 8, le da el mismo lugar en el Pharo de Alexª., pag.441: «Proteus et ipse maris Deus fuit, qui in Pharo Alexª. hauitauit (‘Proteo fue tambiénun dios del mar, que vivió en el faro de Alejandría’) —et paulo post— cuius preces cumaudiuisset Neptunus e quodam Pallenes hiatu speluncam sub mare fecit, in quo illum inAegyptum vsque siccum perduxit» (‘al escuchar Neptuno sus plegarias, a partir del golfo
113 Georg. 4, 554-557114 Georg. 4, 387-388115 Plin. Nat. 4, 26116 Ed. Hyginus, Fabula CXVIII, Proteus: In Aegypto Proteus senex marinus diuinus dicitur fuisse, qui in
omnes se figuras conuertere solitus erat
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de Palenes hizo una cueva bajo el mar, por la que lo condujo hasta tierra firme enEgipto’).
Diod. Sicul. no sólo le constituye esta auitación, mas dice que fue rey de Egypto en ell. 1. c. 2117: «Defuncto rege post quintum genus, cum Aegyptus rege careret exdignioribus quidam in regem asumptus est, quem Aegyptii Cetem, Greci Protheumvocant, qui Illiaci belli tempore extitit. Hunc artium peritum fuisse tradunt, et in variasse formas vertere solitum118» (‘Tras morir el rey, después de la quinta generación, comoEgipto carecía de rey, fue elegido rey uno de entre los más notables, al que los egipciosllaman Cetes, los griegos Proteo, que vivió en tiempos de la guerra de Troya. Cuentanque este fue experto en técnicas y que solía transformarse en formas diversas’).
[f. 147] Lo mismo afirma Erod. en su Euterpe119, aunque varía en algunascircunstançias. Y Luc., en el l. 10. vers. 511120, le describe en el Pharo, cerca de el mismolugar en que Virgº. empieza su descripçión:
Tunc claustrum pelagi cepit Pharon. Insula quondamIn medio stetit illa mari sub tempore vatisProteus.
(«Se apodera de Faros, llave del mar. Antiguamente, en tiempos del adivino Proteo, era unaisla situada en medio del mar»)
Lo qual repite Stat., Achilleid. l. 1. vers. 136.De cuyas autoridades debidamente se infiere que fueron solamente los egypcios los
que perfiçionaron este arte y a quien le atribuye Virgº. en los versos que explicamos; acuya interpretación sólo me pareçe añadir las palabras de el Eclesiastés121, cuyasentencia puede ser mi disculpa: «Omnia flumina intrant in mare, et mare non redundat:ad locum unde exeunt flumina, reuertuntur, vt iterum fluant. Cunctae res difficiles: nonpotest eas homo explicare sermone» (‘Todos los ríos van a dar al mar, y el mar no sedesborda. Los ríos regresan al lugar de donde salen para fluir de nuevo. Todas las cosasson difíciles: el hombre no puede explicarlas con sus palabras’).
«Sumus enim putidiusculi, quam per te vix licet, verum, vt video, licebit. Cura vtvaleas, et me, vt amas, ama122» (‘Así que somos un poco pesados, lo que por tu parte esdifícilmente perdonable; pero, por lo que veo, lo será. Cuídate y sigue amándome comome amas’).
Finis123.
117 [En el margen izquierdo se lee] Pag. 27118 Diodoro Sículo, ed. 1511, f. XXIIv119 [En el margen derecho se lee] Pag. 128120 Ed. Lucano 10, 511: Proteos121 [En el margen derecho se lee] cap. 1. n. 7122 [En el margen derecho se lee] 107 / t. 3. La cita es de Cicerón, Ad familiares, lib. VII. Epist. V. Sin
embargo, en la edición que recoge la bibliografía, el texto ofrece la siguiente variante: simus enim putidiusculi,quamquam per te vix licet; verum, ut video, licebit. cura ut valeas, et me, ut amas, ama.
123 La palabra finis aparece dibujada saliendo del pico de una paloma. En el folio siguiente, plegado, hayun mapa de la geografía que Virgilio describe en el lugar comentado de la cuarta Geórgica.
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Opera diligenti castigatione exculta, aptissimisque ornata figuris, cômmentantibus Servio,Donato, Probo, Domitio, Landino, Antonioque Mancinello… Additis insuper in Serviummultis, quae deerabt, graecisque dictionibus, et versibus quamplurimis, qui passim corruptelegebantur, in pristinum decorem restitutis, Venetiis, per Bartolomeum de Zannis de Portesio,1508 (Fondo antiguo de la Universidad de Granada, nº 30741, olim 26v-1-5).
Opera et vita Vergilii. P. Vergilii Maronis Mantuani Poetae. Vita ex commentariis Petri Criniti,Caesaraugustae, Georgius Coci, 1513 (Biblioteca Universitaria, Zaragoza, sign. H-11-114,olim A-36-44).
[Vergilius cum co[m]me[n]tarijs [et] figuris P. Vergilii Maronis, Bucolica, Aeneis cu[m] ...co[m]mentarijs accuratissime emendatis in quibus ... quae adhuc deera[n]t sunt adiecta[et]Graecae dictiones ac versus vbiq[ue] restituti ; Additus est etiam Probi celebrisgra[m]matici in bucolica [et] georgica perutilis co[m]me[n]tariolus recens castigatus ; Necnonco[m]me[n]tarij Donati, Ma[n]cinelli [et] Ascensii ; Insunt praeterea Beroaldi annotationes ...in Aeneidem praefatio ; Atque ut studiosi nihil amplius desidere[n]t, adiuncta sunt opusculaomnia siue lusus Vergiliani tum a Domitio Calderino tum ab Ascensio perspique declarati, resvero totius operis adeo graphica imaginibus exprimu[n]tur vt no[n] minus geri videanturq[uam] legi possint ; Ad haec ne du[m] aliquid q[ue]ris totu[m] opus laboriose reuoluasco[m]positissimus index…] Venetiis, per Gregorium de Gregoriis: impensis vero D. LucaeAntonii de Giunta, 1522 (Fondo antiguo de la Universidad de Sevilla, sign. A Res. 67/4/15)
P. Virgilii Maronis... opera accuratissime castigata, cum XI acerrimi iudicii virorum commentariisServio presertim atque Donato nunc primum ad suam integritatem restitutis excusa, Venetiis,
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A. AZAUS T RE GALIAN A Y H . DE CARLO S VILLAM ARÍN Criticón, 110, 20101 3 2
in officina Lucaeantonii Iuntae, 1537 (1536) (Fondo antiguo de la Universidad de Granada,nº 30747).
Pvblii Vergilii Maronis Partheniae Mantuani opera, post omnes omnium editiones nunc demumreuisa, & emaculatiora reddita. Aelii Antonii Nebrissensis ex Grammatico, & Rhetore RegisHistoriographi in eadem Ecphrases ad modum familiares, & vel rudibus tyrumculis adintelligendum facil lime, nuperrime excussae, & ab iniuria obliuionis vindicate, Apvd inclytamGranatam, Anno MDXLVI. Mense Aprili [Xantus Nebrissensis] (Fondo antiguo de laUniversidad de Granada, nº 10523, olim 26v-5-2).
P. Virgilii Maronis Opera. Innumeris pene locis ad veterum Petri Bembi… et Andreae Naugeriexemplarium fidem, postema hac editione, castigata; cum IX commentariis, Servio presertimac Donato, ad suam integritatem restitutis, Venetiis, apud Iuntas, 1552 (Fondo antiguo de laUniversidad de Granada, nº 03520).
P. Vergilius Maro et in eum commentationes et paralipomena Germani Valentis Buelli, P.P.Ejusdem Vergilii Appendix, cum Josephi Scaligeri commentariis et castigationibus Antverij inmargine ascriptis illustrata, Antuerpiae, ex officina Christophori Plantini, 1575 (Fondoantiguo de la Universidad de Granada, nº 12612).
P. Virgilii Maronis Bvcolica et Georgica. Argumentis, Explicationibus, Notis illustrata, AvctoreIo. Lvdovico de la Cerda Toletano, Societatis Iesv, in Curia Philippi Regis Hispaniae PrimarioEloquentiae Professore. Editio cùm accurata, tum locupletata, & Indicibus necessariisinsignita, Ludgvni, Sumptibus Horatii Cardon, M.DC. XIX (B-Histórica-Fondo antiguo de laUniversidad Complutense, Madrid, sign. BH DER 16486).
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AZAUSTRE GALIANA, Antonio y Helena de CARLOS VILLAMARÍN. «Apología en defensa deVirgilio, un comentario inédito de Manuel Ponce». En Criticón (Toulouse), 110, 2010, pp. 95-132.
Resumen. Presentación y edición crítica y anotada de la Apología en defensa de Virgilio, escrita en 1622 porManuel Ponce y dirigida al Maestro Pedro de Torres Rámila.
Résumé. Présentation y édition critique et annotée de la Apología en defensa de Virgilio, écrite en 1622 parManuel Ponce et adressée à Pedro de Torres Rámila.
Summary. Presentation and critical anotated edition of the Apología en defensa de Virgilio, written in 1622 byManuel Ponce and dedicated to Pedro de Torres Rámila.
Palabras clave. Cerda, Juan Luis de la. Erudición. Latinistas. Ponce, Manuel. Torres Rámila, Pedro.Virgilio.
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